2 de abril de 2010

Educacao em U.S.

EE UU plantea despedir

docentes de los colegios

con peor resultado

La reforma educativa enfrenta a Obama con los sindicatos de profesores

DAVID ALANDETE - Washington

Barack Obama quiere mejorar el nivel educativo de las escuelas públicas de EE UU, aún a costa de enfurecer a los sindicatos de profesores. El presidente envió el pasado lunes una propuesta de reforma sobre la que ahora debe trabajar el Congreso, y en la que se pide que el Estado tenga la potestad de acometer los cambios que sean necesarios sobre el 5% de las escuelas que peores resultados obtengan, de acuerdo con los sistemas de evaluación federales. Entre esas medidas se encuentra el despido masivo de profesores. Los sindicatos ya han dicho que consideran ese extremo inaceptable. El debate por la reforma de la educación tendrá lugar en los próximos meses dentro y fuera del Congreso.


El proyecto, que cambia el diseño de Bush, se discutirá en el Congreso

Las escuelas que sobresalgan recibirán mayor recompensa

De hecho, los sindicatos de profesores se han pasado los últimos nueve años combatiendo las deficiencias del sistema educativo público que instauró el ex presidente Bush en 2001 con el apoyo en el Congreso del fallecido senador demócrata Edward Kennedy. Aquella reforma, llamada No Child Left Behind (que ningún niño quede atrás, en inglés) instauró un método para evaluar la calidad educativa de los colegios a través de una serie de exámenes de lectura y matemáticas impuestos y administrados por cada uno de los 50 Estados.

Los dos grandes problemas de aquella reforma, constatados tanto por el Gobierno como por profesores y centros educativos una década después, son que, por un lado, los profesores de muchas escuelas se han visto obligados a centrarse en formar a sus alumnos casi exclusivamente para aprobar esos dos exámenes de matemáticas y lectura y, por otro, que muchos Estados han ido rebajando la dificultad de las pruebas para que sus escuelas reciban más fondos, creando competitividad a la baja.

En el plan que Obama ha enviado para la consideración del Congreso, el presidente propone una serie de medidas adicionales centradas en fomentar no sólo que los alumnos aprueben los exámenes, sino que acaben la secundaria listos para enfrentarse a la universidad. El mayor cambio sería un nuevo método para evaluar los centros educativos, no sólo a través de esos exámenes, sino según otras coordenadas, como asistencia a clase o porcentaje de graduación de los alumnos.

El Gobierno federal seguiría premiando a las escuelas más exitosas con más fondos y castigando a las que peores resultados obtengan con cambios impuestos desde arriba. Además, Obama ha asegurado que le parece reduccionista que sólo se juzgue a los alumnos por las notas en lectura y matemáticas y que espera que, tras la reforma, se tenga en cuenta su preparación general para cursar estudios universitarios.

"Bajo estas directrices, las escuelas que consigan sobresalir y que demuestren avances reales recibirán una mayor recompensa", dijo el presidente en su último discurso radiofónico semanal. "A los distritos escolares se les animará a comprometerse a cambiar las escuelas que realmente estén abandonando a sus propios estudiantes". Ha sido la parte polémica del plan, que ha enfrentado a Obama con los mayores sindicatos de profesores.

"Las denominadas escuelas con necesidades serán las que conformen el 5% que peores resultados obtengan en cada Estado, según los logros académicos del alumnado, sus progresos y los índices de éxito escolar y que menos progresos demuestran", dice el plan enviado al Congreso. "Los distritos con necesidades cuyas escuelas, directores o profesores no estén recibiendo el apoyo necesario para alcanzar el éxito pueden enfrentarse a cambios drásticos de gerencia o personal".

Randi Weingarten, presidenta de la Federación Americana de Profesores, ha criticado duramente el plan de reforma: "A pesar de la prometedora retórica inicial, este plan carga a los profesores con el 100% de la responsabilidad y les concede un cero por ciento de autoridad. En una ley que afectará a millones de estudiantes y a sus profesores, no tiene sentido que los profesores (y sólo los docentes) carguen con la responsabilidad de garantizar que los estudiantes y sus escuelas triunfen". Obama espera que el Congreso llegue a un consenso sobre la reforma antes de agosto.

Tejas reescribe la historia

La agencia educativa del Estado de Tejas, célebre en EE UU por sus pasados intentos de prohibir la enseñanza de la teoría de la evolución en sus aulas, ha vuelto a lanzar un gran intento de reinterpretar la historia a través de los libros de texto. El pasado 12 de marzo presentó un nuevo plan de estudios en el que se loan las gestas del movimiento conservador y del cristianismo en el nacimiento y gobierno de la nación norteamericana.

Se incluirá en los libros de texto, por ejemplo, la polémica Asociación Nacional del Rifle. Se borrarán las iniciativas de la sufragista Carrie Chapman Catt. Thomas Jefferson quedará relegado a segundo plano, así como sus escritos en los que pedía la separación entre Iglesia y Estado. Se aumentará el tiempo que se le dedica al presidente Ronald Reagan. En otro apartado, de historia contemporánea, se asegura, sin pruebas ni reparos, que los comunistas llegaron a infiltrarse en el Gobierno de EE UU, justificando indirectamente el macartismo.

Estos cambios deberían reflejarse en las enseñanzas y los libros de texto que utilizan los 4,7 millones de alumnos del Estado a partir de mayo, después de un periodo en que la agencia educativa recibirá quejas y propuestas. El comité que ha diseñado ese plan lo conforman 10 republicanos y cinco demócratas.

El País

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