8 de julho de 2011

Los líderes globales hablan de educación

Jorge Werthein es Doctor en Educación por la Universidad de Satanford, es presidente de Sangari Argentina y fue director de UNESCO Brasil


INFOBAE
En estos días, la escuela estará en boca de líderes globales, cuando el examen ministerial anual que realiza el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas discuta en Ginebra la aplicación de los objetivos y compromisos convenidos internacionalmente con respecto a la educación. Con algunos matices según las regiones del mundo que se discutan, este conjunto de metas apuntan a un logro fundamental: mejorar la calidad de la educación.

¿En qué piensan los líderes globales cuando piensan en mejorar la calidad de la educación? No piensan en algo tan diferente a lo que imaginan, desean y promueven muchos de los que toman decisiones en materia de política educativa, los docentes, los padres y los alumnos; piensan en hacer una escuela mejor para el mundo en que vivimos.

Algunos datos recientes ayudan a pensar un camino posible de mejora para las escuelas.

- El experto en educación británico Richard Gerver, autor de Creating Tomorrow's Schools Today: Education-Our Children-Their Futures -un libro tan provocador como necesario-  aseguró esta semana en una entrevista con el diario español El País que "muchos padres ven que la escuela no funciona". Y apuntó la necesidad de un cambio profundo de los modos de diseñar el currículum, formar docentes y salir del modelo tradicional para apostar por un nuevo modelo de desarrollo y habilidades.

- En Argentina, el Ministerio de Educación de la Nación y el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET) dieron a conocer un estudio que revela que el 60% de los egresados de las escuelas técnicas sigue estudiando, 55% de los egresados en 2009 hoy tiene trabajo remunerado, 40% trabajando en tareas vinculadas con lo que estudiaron en el secundario. Esta cifra se vuelve más poderosa cuando se compara con la que afirma que sólo 3 de cada 10 jóvenes de entre 18 y 21 años con el secundario terminado tienen empleo. Es evidente que una formación científica y técnica sólida prepara mejor para este mundo, y también para el que viene.

- Evaluar no significa señalar con el dedo lo que se hace mal, sino que puede y debería ser una práctica constante para mejorar el trabajo dentro de las escuelas. En Brasil, Río de Janeiro se sumó en los últimos días a estados como San Pablo, Minas Gerais y Pernambuco, donde se crearon metas para cada escuela pública, consensuadas con las escuelas. Las evaluaciones internacionales como PISA -donde lamentablemente los países de la región, excepto Chile, aún muestran un desempeño preocupante, sobre todo en matemática y ciencias- siguen siendo un indicador muy importante para pensar la calidad educativa. Pero estos tiempos también demandan la construcción de sistemas de evaluación que puedan medir la calidad sumando al rendimiento académico otras aptitudes como la capacidad para asumir riesgos e innovar, la participación en el trabajo colaborativo, la habilidad de hacer y hacerse preguntas.

- Los documentos preparatorios de la reunión de Ginebra señalan la necesidad de contar con programas que permitan asociar la integración de las nuevas tecnologías con la calidad de la educación, ir más allá de las políticas de equipamiento y los planes de formación docente, tan indispensables como el re pensar del para qué de la tecnología en la escuela.

Hoy la calidad educativa pasa por volver a la educación más compatible con las demandas del mundo contemporáneo. Para eso, ya lo sabemos, hace falta tiempo, velocidad y continuidad y recursos materiales al alcance de todos. Más escuela con más y mejores recursos para más equidad. 

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