Unicef difundió el viernes un informe en el que traza el panorama educativo de la región, donde más de 22 millones de menores están fuera de las escuelas o en riesgo de estarlo
El sobrecosto que significa el fracaso escolar, manifestado en la repetición de años escolares, es equivalente a tres veces el valor de las metas de cobertura universal desde el nivel inicial (preescolar o jardín de infantes) hasta el secundario inferior, resalta el informe "Completar la Escuela. Un Derecho para Crecer, un Deber para Compartir", una precisa radiografía de los problemas de escolarización en 31 países de América Latina y el Caribe, con especial atención a Bolivia, Brasil y Colombia.
El estudio del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) demuestra que el dinero que se invierte en los estudiantes que deben volver a cursar un año escolar representa el 0,34% del PIB de los países latinoamericanos y caribeños y un 7% del gasto educativo regional.
Los gastos son de tan altas proporciones debido a que alrededor del 13% de los alumnos matriculados en la educación inicial, primaria y secundaria está repitiendo un curso.
Los sobrecostos improductivos para el sistema de la región, que invierte el 4,5% de su PIB en educación, mientras que en los países más desarrollados es del 12,4%, ha incrementado alarmantemente el costo de producir un egresado, por el que se paga dos o más veces para que consiga un mismo grado.
Sin embargo, en este contexto, en el que los recursos son limitados aún, se le da prioridad a mantener a los alumnos en la escuela, aunque repitan.
El documento señala que, de solucionarse esta situación de fracaso escolar, se podrá disponer de más dinero destinado a incorporar nuevos alumnos al sistema, por lo que hasta que esto no se resuelva no se podrán conquistar las metas de cobertura.
Los estudiantes que repiten algún curso forman parte de los 15,6 millones de niños y adolescentes que asisten a la escuela arrastrando algún tipo de fracaso escolar, con lo cual quedan en riesgo de no culminar sus estudios.
Esto ha sido determinante también para que actualmente el 22% de los estudiantes que deberían estar cursando la secundaria no hayan finalizado la primaria, debido de igual forma al ingreso tardío al sistema educativo.
Según el informe, nueve millones de estudiantes latinoamericanos y caribeños sufren un desfase de dos o más años entre el grado en el que se encuentran y la edad que tienen.
Más de 22 millones de menores fuera de la escuela o en riesgo de estarlo
Más de veintidós millones de los alrededor de 117 millones de menores que hay en Latinoamérica y el Caribe están sin escolarizar o en riesgo grave de dejar la escuela, lo que prácticamente equivale a un futuro de exclusión social como adultos, según el informe regional de Unicef, realizado junto al Instituto de Estadísticas de la Unesco.
La idea central del informe es que "la escolarización total, oportuna, sostenida y plena" es tanto un derecho de los menores, como un deber que deben asumir todos los sectores y agentes implicados de manera colectiva y articulada.
Pero la escolarización total es todavía un sueño a tenor del informe, que forma parte de una iniciativa global lanzada por la Unicef en 2010 con el lema "todos los niños en la escuela en 2015".
De los 22,1 millones de niños y adolescentes con problemas de escolarización en la región, 6,5 millones no asisten a la escuela y 15,6 millones sí lo hacen pero arrastran fracasos y señales de desigualdad expresadas en dos o más años de desfase grado-edad o rezago escolar.
El informe ha tenido en cuenta los perfiles de los grupos más afectados por la exclusión de las aulas, que son los indígenas, los afrodescendientes, losdiscapacitados y los residentes en zonas rurales, así como las barreras para lograr una educación sostenida y oportuna, y las estrategias para eliminarlas.
"La educación es clave para hacer frente a las profundas inequidades en nuestra región. Debemos trabajar desde todos los sectores para que todos los niños, niñas y adolescentes puedan completar la escuela", dice en el informe el director regional para América Latina y el Caribe de la Unicef, Bernt Aasen. "Para conseguirlo es necesario articular los esfuerzos del sector de educación con los que realizan los sectores de protección social, salud y nutrición, así como con las familias y comunidades", agrega.
Los autores del informe concluyeron que aún hay muchos "niños y niñas que ingresan tarde al sistema educativo, que fracasan reiteradamente, que no encuentran experiencias pedagógicas que les permitan desarrollar sus capacidades y que viven situaciones de discriminación".
Los datos analizados, por ejemplo, demuestran que, en algunos países, la asistencia a la escuela de la población en edad de estar en la secundaria es menor del 50% en las zonas rurales.
También evidencian que los menores que trabajan -son un 10% de los que tienen entre 5 y 17 años en la región- faltan más a la escuela que sus compañeros y obtienen, en promedio, entre 7 y 22 puntos menos en las evaluaciones de calidad de la enseñanza.
En el caso del género, en determinados contextos son los varones los que presentan mayores tasas de exclusión, pero en otros, especialmente en el ámbito rural o indígena, son las mujeres.
En el informe se determinan cinco "dimensiones" de exclusión escolar en América Latina y Caribe.
La primera es la de los menores en edad de recibir educación inicial y que no están en la escuela inicial o en la primaria, los cuales suman 1,7 millones, lo que significa el 15,7% del total de niños latinoamericanos y caribeños de 5 años. En Brasil son 832.000 (23,8%), en Bolivia 83.000 (34,2%) y en Colombia 206.000 (23,2%).
La segunda "dimensión" la componen 2,9 millones de niños que no están ni en primaria ni en secundaria básica, bien porque ingresaron pero abandonaron(300.000), bien porque accederán en forma tardía (1,6 millones) o porque nunca ingresarán (1 millón). Representan un 5% del total de niños en edad de asistir a primaria y en Brasil suman 686.000 (4,9%), en Bolivia 63.000 (4,5%) y en Colombia 374.000 (8,5%).
En la tercera dimensión hay 1,9 millones de niños, niñas y adolescentes que no están en la escuela primaria ni en la secundaria, pese a estar en edad de recibir educación secundaria básica, y que representan el 5,3% del total. Brasil aporta 368.000 niños (2,6%) a esta dimensión, Bolivia 14.000 (3,1%) y Colombia 220.000 (6,3%).
Por último, la cuarta y quinta dimensiones comprenden a todos los alumnos que están en riesgo de abandonar la escuela en primaria y en secundaria básica. Son 9,2 millones de niños en el primer caso y 6,4 millones en el segundo, pero además el informe advierte de que hay 14,7 millones y 8,1 millones en riesgo moderado.
INFOBAE, 31/8/2012
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