15 de dezembro de 2011

"Los homicidios siempre afectan al más débil"


Jorge Werthein, presidente del Instituto Sangari Argentina, aseguró que la violencia es un problema para los países emergentes. Afirmó, en diálogo conInfobae América, que la principal causa es la desigualdad

El sociólogo argentino, que trabajó durante años en varias ciudades brasileñas como directivo de la Unesco, destacó la publicación de un nuevo mapa de la violencia en ese país realizado por Sangari Brasil y su importancia en el planeamiento de políticas gubernamentales.

"Con el trabajo del instituto, por primera vez el Ministerio de Justicia federal, las carteras provinciales y municipales tuvieron información sobre lo que estaba pasando en materia de muertes por factores externos (homicidios, suicidios y accidentes de tránsito). Y con este informe en particular hubo una excelente repercusión", señaló a Infobae América.

El trabajo, presentado este miércoles en San Pablo, mostró que de los últimos tres decenios, en el período 2000-2010  el número de homicidios aumentó levemente (10,1%) aunque el crecimiento de la población lo compensó.

"Hay un problema serio que se registra no sólo en Brasil sino en los países emergentes -América Latina tiene los índices más altos de violencia del mundo con Honduras, Guatemala y El Salvador a la cabeza-, que es el de la violencia", consideró Werthein. "Nuestro estudio demuestra que no sólo se necesita una fuerza policial sino un equipo de inteligencia y presencia del Estado a nivel nacional. Por ejemplo, en los dos centros urbanos más importantes, San Pablo y Río de Janeiro, donde la presencia estatal creció, los niveles de homicidios bajaron", agregó.

En esos dos casos, las reducciones fueron muy significativas en la última década: 80% y 57%, respectivamente. En los poblados más pequeños sucedió lo contrario. La violencia migró a las áreas de menor tamaño y de menor presencia estatal.

Werthein explicó ese fenómeno: "Los homicidios en algunos lugares son similares a una epidemia y, como en ese problema de salud, afecta a los más débiles. Por eso, donde la presencia estatal es más fuerte, la violencia disminuye".

Consultado acerca de si la bonaza económica brasileña no debería haber paliado la situación de inseguridad, subrayó que no se debe "asociar la pobreza a la delincuencia".

"Son varios los factores que se conjugan, pero el principal es la desigualdad. En Brasil, a pesar del crecimiento económico, no hubo una gran distribución de la riqueza. Veinte millones de personas salieron de la miseria para ingresar a la pobreza,fue algo importante pero sigue habiendo una gran desigualdad social", afirmó.

Werthein puso énfasis en el sector más afectado por los homicidios, que, según el documento, son los brasileños de entre 15 y 24 años. "Lo primero que nos tiene que preocupar es quiénes son los que mueren. Y cuando respondemos, vemos que, en una porción inaceptable, son los más débiles, aquellos que están excluidos del sistema educativo y del mercado laboral", señaló y destacó que los jóvenes negros son los mayores afectados.

"Es importante tomar conciencia de que quienes más fallecen son el futuro de nuestras sociedades", destacó el especialista, férreo defensor de la educación como un mecanismo inclusivo.

"La juventud está fuera de la sociedad porque está fuera de la escuela y del mercado del trabajo. La educación es importante para revertir el proceso de desigualdad, pero no es Superman", advirtió. "Son necesarias políticas que impidan la concentración de la riqueza, que impidan que los ciudadanos estén armados como en los niveles actuales, que favorezcan las mediaciones para aprender que los problemas no se solucionan con asesinatos", concluyó.


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