25/11/11
Piden que exista un criterio unificado con los pasos a seguir ante estas situaciones.
El 18 de mayo de este año, una chica de 16 años apuñaló a su compañera a la salida del colegio, en González Catán. Tres meses después, una madre y su hijo, alumno de las Escuela N° 11 de Pergamino, agredieron con un cuchillo y un palo al director. El 7 de noviembre, un chico baleó a su compañera durante un recreo y siete días después, en San Justo, un chico que llevó el arma de su papá, le disparó a una alumna en un aula de la escuela N°6. Son sólo cuatro hechos de los tantos que ocurrieron este año en los colegios.
Los casos de violencia con armas blancas o de fuego en las escuelas son cada vez más habituales y para los maestros éste es un tema nuevo. Dicen que no saben cómo manejarse, que no existe un marco institucional que les indique qué hacer cuando un alumno o alumna lleva un arma a la escuela. Por eso reclaman un protocolo, un paso a paso, que les diga cómo actuar a nivel institucional. Mendoza es la única provincia que se encargó del tema y elaboró un protocolo en el año 2002.
Gustavo Iaies, titular del Centro de Estudios en Políticas Públicas (CEPP) y especialista en temas de Educación, admite que “el docente está desamparado y el tema de las armas en las escuelas los sorprende porque no están preparados”.
“Necesitamos una guía que unifique criterios, un protocolo para que los docentes sepan qué hacer cuando un chico lleva el arma a la escuela, cuando hay una situación de violencia verbal, o cuando el maestro detecta que el chico está sufriendo una abuso en la casa. Esto es una novedad para nosotros, somos los que quedamos expuestos. Pero en realidad no hay una marco institucional que diga cuáles son los pasos a seguir”, dice Roberto Baradel, secretario general de SUTEBA, que agrupa a los docentes de la Provincia.
En la Ciudad el panorama es similar. Eduardo López, secretario general de UTE-Ctera, afirma que la violencia y la discriminación en el aula son temas de discusión recurrentes entre los maestros en los últimos años. “Para mí no se trata de violencia escolar. Es violencia social que se manifiesta en el colegio. Es una discusión que tenemos pendiente a nivel institucional porque no hay un marco definido para actuar frente a un hecho de violencia en el aula”, apunta. Y propone abordarlo con gabinetes especializados, donde participen autoridades, asistentes sociales y psicopedagogos. “La violencia siempre estuvo, los chicos son crueles. Por ejemplo, se acusan de ‘villeros’, como si eso fuese algo malo. La cuestión es que ahora la violencia se visibiliza a través de las redes sociales, con videos y mensajes”, agrega.
No hay estadísticas actuales que reflejen este conflicto. El Observatorio de Violencia Escolar y la Universidad de San Martín ya procesan los datos (los que corresponden a 2009 y 2010) que serán difundidos el año que viene. La última encuesta difundida en 2008, relevó a 60 mil chicos de escuelas públicas y privadas e indicó que uno de cada cuatro alumnos dijo que vio armas en la escuela. El 5% admitió que alguna vez entró con un arma blanca o de fuego y el 70% afirmó que fue testigo de una agresión a un compañero. Otro trabajo, de Unicef, de 2008, revela que 6,2% de los alumnos afirma haber visto que se haya llevado un arma de fuego a la escuela y un 25,5% asegura haber visto un arma blanca. Y el 9,7% afirma haber visto que un alumno amenazó otro –o agredido–, utilizando un útil escolar como arma.
Encerrado y con vergüenza. Así vive por estas horas Ignacio, el adolescente de 15 años que fue golpeado por un compañero de tercer año del Ipem 69 de Córdoba por ser “gordo” y cuyo ataque fue filmado y subido a YouTube. “Pasaron muchos días ya y él no volvió al colegio porque se siente humillado. Está con ayuda psicológica”, describió ayer a Clarín Mercedes Trejo, la mamá del chico.
El martes 8 de noviembre y en pleno patio escolar, Ignacio fue atacado a trompadas y patadas por un compañero de curso que practica taekwondo. Con risas de fondo, la escena quedó grabada en un celular y el video fue subido a Internet. “Los vio todo Jesús María y él se siente muy mal”, explicó Mercedes. Ese día, el agresor le había dicho a Ignacio “vos gordo, no podés jugar ni de aguatero”, en referencia a un partido de fútbol. En estos días, Ignacio recibió la visita y el apoyo de todos los compañeros en su casa porque casi no pisa la calle.
Cinthia Rodríguez, de 16 años, todavía no puede apoyar la pierna derecha. Las esquirlas quedaron alojadas en su muslo y, a veces, producen dolor. Son las del balazo que le disparó un compañero hace poco más de quince días, en un recreo. Recién ayer salió del reposo y la sacaron los puntos, y no sabe cómo va a terminar el año. “No quiero que vaya a ese colegio. Tengo miedo de que pase otra vez. El año que viene, la cambio”, adelanta Claudia, su mamá.
La mañana del 7 de noviembre era un día más en la escuela N°2, en pleno centro de Moreno. Cinthia estaba con una amiga en el aula y mientras conversaban se acercó un chico, a quien apodan “Leo” y tiene un año más, pero como repitió iban al mismo curso. Según la nena, él le dijo: “Traje un fierro”. Las chicas no le creyeron. Pero el joven sacó el arma y se las mostró. Lo que sigue es confuso: parece que la pistola cayó al piso y se disparó. El chico se fugó con el arma cuando abrieron el portón para que entrara la ambulancia. Sus papás lo entregaron a la Policía al día siguiente.
Cinthia terminó en el hospital, en observaciones por 48 horas. Según informaron en Emergencias, no hay lesiones óseas ni vasculares, y le indicaron reposo.
“Acá vino el director y dijo que a mi hija le iban a traer tarea para que no se atrasara. Pero no le trajeron nada. No sé que va a pasar, porque ya están cerrando las notas y puede perder el año”, dice Claudia.
Sergio Sánchez, director de la escuela a la que asisten los chicos, le dijo ayer a Clarín: “Este es un hecho aislado, que en veinte años nunca vimos una cosa así”. Sin embargo, apenas se conoció el episodio, hace quince días, reconoció que “otro alumno vino al colegio con un arma blanca”. Ante la consulta de Clarín, reiteró que se trata de una situación atípica. Además, aseguró que Cinthia no perderá el año. “Rendirá los exámenes, seguramente”, aclaró.
El colegio, contra la víctima
25/11/11
El 4 de noviembre, “por ser linda y flaca”, a una chica de 13 años del Instituto Adelia María –Córdoba– la corrieron unas compañeras y ella huyó en su bicicleta, pero un cómplice de las agresoras se le cruzó y la hizo caer. Se quebró un diente y se rompió el labio. Ayer pasó algo insólito: la directora del instituto, Silvia Mensa, repartió a los alumnos un comunicado que desmiente a la víctima y dice que todo fue un accidente. La chica, con un ataque de nervios, se retiró de la escuela.
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