30/06/2017 -, Clarín
Argentina viene realizando esfuerzos destinados a expandir la enseñanza universitaria; se trata de una decisión inteligente, ya que no habrá desarrollo económico y social en este siglo XXI sin una presencia relevante de la Universidad. Se crearon universidades y se amplió la matricula estudiantil. Es notable comparar las cifras de la población universitaria en Americana latina, donde Argentina supera al resto de las naciones, pero cuando únicamente se presta atención a la matricula estudiantil y no a la graduación final.
En Colombia hay 273 estudiantes cada 10.000 habitantes; en México, 285; en Chile, 361 y en Brasil, 380. La población universitaria registra su máximo valor en Argentina, con 435 estudiantes. La situación es distinta en la eficacia en la graduación, ya que Colombia registra 59 graduados anualmente cada 10.000 habitantes; Brasil, 50; México y Chile 48, mientras que en Argentina esta cifra se reduce a 28. Para entender esta diferencia entre total de estudiantes y magnitud de la graduación hay que tener presente que en Chile y en Colombia se gradúan 61 universitarios cada 100 ingresantes, en Brasil se gradúan 44, mientras en Argentina apenas se gradúan 31.
Lo mismo ocurre cuando comparamos con España. El esfuerzo que hace Argentina es notable, ya que en España hay una Universidad cada 570 mil habitantes, mientras esta cifra se reduce a 390 mil en Argentina. La universidad argentina registra 1,87 millones de estudiantes en el 2014, mientras en España esta cifra se reduce a 1,41 millones. Argentina tiene 32 por ciento más estudiantes, a pesar que la población española es un 8 por ciento mayor; la diferencia es más grande cuando se considera el PBI por habitante, que en España es un 90 por ciento mayor. Pero a pesar de que Argentina tiene 32 por ciento más estudiantes que España, este país tiene un 80 por ciento más de graduados.
La graduación argentina fue de 120 mil estudiantes en el 2014, mientras en España ascendió a 214 mil, o sea 46 cada 10.000 habitantes, mientras esta proporción se reduce en Argentina a apenas 28. Para entender la relevancia de estas cifras hay que tener presente que después de estar un año en la Universidad en Argentina, tres de cada diez de alumnos de universidades privadas y nada menos que la mitad de los estudiantes de las universidades estatales no aprobaron más de una asignatura.
En junio del 2017, comenzaban en España los exámenes de la prueba EVAU (Evaluación de Bachillerato para el ingreso a la Universidad); los inscritos este año fueron 300 mil aspirantes. Esta EVAU no es ninguna novedad ya que también la implementan Francia, Alemania, Finlandia, Irlanda, Hungría, Holanda, Suecia y el Reino Unido. También existen estas pruebas en Israel, Japón, Australia y Corea. Los países comunistas (Cuba, China y Vietnam) también aplican estos exámenes al finalizar el secundario. En América latina son numerosos los países que tienen evaluaciones de los estudiantes al finalizar el secundario, como requisito previo al ingreso a la Universidad. La lista incluye los cuatro países mencionados al inicio de esta nota, a la cual hay que agregar Nicaragua, Honduras, Ecuador, Costa Rica, Paraguay, Bolivia, Perú y Venezuela.
Argentina es un caso notable, ya que no solamente carece de cualquier sistema de evaluación del nivel de los conocimientos de los estudiantes secundarios antes de ingresar a la Universidad, sino que además lo prohíbe expresamente en la Ley Nacional de Educación vigente. En la última sesión del Senado de la Nación del año 2015, se aprobó la ley 27204, que establece en su artículo 4 que “todos los alumnos que aprueban la enseñanza secundaria pueden ingresar de manera libre e irrestricta a la enseñanza de grado en el nivel de educación superior”.
Es difícil de entender la razonabilidad de esta ley en un país que registra un bajo nivel de conocimientos de sus estudiantes secundarios, como lo indican las pruebas PISA y también las evaluaciones de UNESCO en América latina. En la última Prueba Pisa con participación de Argentina (año 2012), se constató que la cuarta parte de los alumnos de 15 años que fueron mundialmente examinados tenía niveles “Bajos “ de conocimientos en Matemática, mientras que esta cifra crecía a nada menos que seis de cada diez en el caso de los adolescentes argentinos.
Cabe preguntarse quién se preocupa más por el futuro de los jóvenes. ¿Son aquellos países que incitan a la disciplina del estudio y promueven el esfuerzo y la dedicación de los estudiantes del nivel secundario para poder ingresar bien preparados al nivel universitario, o las naciones como Argentina donde la principal preocupación del último año secundario es el viaje de egresado a Cancún o a Bariloche?
Alieto Aldo Guadagni es ingeniero, ex secretario de Energía y miembro de la Academia Nacional de Educación.
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