Hay que desterrar a idea de que cierto tipo de violencia entre menores “es cosa de chicos"
EL PAÍS 2 JUN 2015 - El País
El reciente suicidio de una niña del Instituto Ciudad de Jaén de Madrid tras haber sufrido acoso por parte de un compañero y vejaciones de otros ha puesto de manifiesto la necesidad de incrementar la vigilancia y adoptar medidas para tratar de evitar estas situaciones.
Además de habilitar protocolos que garanticen una respuesta temprana es preciso que los centros cuenten con medios adecuados. En muchos casos no es así. Los padres y profesores del Ciudad de Jaén habían denunciado con anterioridad las carencias: una única orientadora no parece suficiente para un instituto con 1.200 alumnos, de los que 60 tienen necesidades educativas especiales. Se trata de un problema difícil de abordar, pero la misma estrategia de vigilancia y prevención que ha permitido reducir el maltrato infantil deben aplicarse ahora en los colegios para afrontar el acoso escolar. Hay que desterrar por completo la idea de que cierto tipo de violencia entre menores “es cosa de chicos”; son realidades que causan un sufrimiento insoportable y suelen dejar secuelas mentales graves en las víctimas. Un estudio publicado en la revista The Lancet demuestra que son más graves incluso que las que provoca el abuso infantil. La razón es que la violencia escolar se produce en un momento muy delicado de la maduración de la persona como sujeto social y afecta gravemente a su autoestima. Los escolares con alguna singularidad son los que más riesgo corren.
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