Aprender a comunicar, todo un desafío
Nora Bär
Periodistas encarcelados y agredidos. ¿Por "cubrir" guerras, casos de corrupción o disputas políticas? No, por informar... ¡sobre el cambio climático!
Aunque suene inverosímil, es lo que ocurre en algunos lugares de Asia y Africa, según el testimonio de una red internacional de periodistas ambientales que participó hace un par de días en una de las charlas de la Reunión Anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS). Lo comentan Robin Lloyd y Cristine Russell en una interesante nota publicada en The Observatory , una sección crítica de la Revista de Periodismo de la Universidad de Columbia dedicada a desmenuzar los logros y yerros del periodismo científico.
Lloyd y Russell analizan el tratamiento del cambio climático en los medios bajo el título Una mejor comunicación genera confianza, un concepto que podría aplicarse a otras esferas de la vida social y política de nuestros países...
Y lo ejemplificaron con el reciente "escandalete" conocido en todo el mundo como el Climagate (obvia alusión al caso Watergate; tiene nada menos que 3.460.000 entradas en Google), una historia de hackers, mentiras y correos electrónicos que parecían poner en duda la misma existencia del cambio en el clima global y del proceso de revisión de datos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), y que resultó un verdadero terremoto para la credibilidad del organismo de las Naciones Unidas, para la diplomacia global y para miles de científicos que investigan el tema.
Por supuesto, este tipo de controversias no se pueden considerar precisamente una ayuda cuando se trata de aunar voluntades para resolver problemas que conjugan disputas culturales y económicas de alto voltaje emocional... Así, aunque a estas alturas nadie considera que los datos dados a conocer alteren el consenso sobre que "la modificación existe y es causada por la actividad humana", lo cierto es que aumentó insidiosamente la confusión y el escepticismo.
El antídoto, coinciden, es mejorar la comunicación. De la compleja dinámica y modelos climáticos, de sus posibles (y verificables) impactos y de las posibles alternativas que se elaboran para superar la crisis. Para hacerse una idea del desconocimiento que existe en este tema, basta con mencionar los resultados de una reciente encuesta en los Estados Unidos: cuatro de cada diez ignoraban qué es un combustible fósil, y seis de cada diez, qué es una fuente renovable de energía.
En suma, en este mundo cada vez más interconectado, todos -científicos y medios- tendremos que aprender a ser más transparentes. ¡Y qué decir de los funcionarios!
nbar@lanacion.com.ar
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