@MelendezMarcela
La semana pasada la Ministra de Educación, Gina Parody, anunció un programa de becas para asegurar que los mejores estudiantes de los hogares más pobres puedan tener acceso a una educación superior de calidad. Los elementos de diseño del programa persiguen varios objetivos cuya bondad es clara para mi:
El programa tiene además la bondad de que permitirá dimensionar en qué medida el acceso a educación superior es un problema de financiamiento. Mi sospecha es que este es un problema real en una minoría de los casos, y que un modelo de subsidios a la demanda como este es un buen instrumento de política para atacar este problema. He conocido información de cupos que quedan vacantes en programas de alta calidad en universidades públicas porque no hay quien los demande o porque quienes los demandan no cumplen con desempeños mínimos para ser elegibles, lo que sugiere que la expansión de la educación superior depende de manera crítica de realizar grandes inversiones en la calidad de la educación básica y media. Espero que las 10mil becas tengan una sobre-demanda por parte del grupo de estudiantes para el que fueron pensadas. Si no la tienen, tendremos información y habrá que afinar el rumbo de la política para asegurar la sobre-demanda de las siguientes generaciones por acceso a estos programas.
El anuncio del programa ha recibido una lluvia de críticas inesperada:
He leído la ola de críticas con mucho cansancio. Extraño en la discusión pública las preguntas sustanciales: ¿Si son mejores los subsidios a la demanda que a la oferta en este caso? O, ¿es necesaria una combinación de subsidios a la demanda y a la oferta? Y dadas las características de la demanda por educación superior, ¿pueden inducir las becas un alza de precios de las universidades de menor calidad? Y ¿alguien ha medido las tasas de deserción de los estudiantes pobres de mejor desempeño que logran acceso a universidades de buena calidad? ¿Son menores que la del estudiante pobre promedio, como uno sospecharía? Y, ¿qué otros elementos va incluir la política de educación durante los próximos cuatro años?
A mi personalmente me gusta la idea de que nuestros impuestos se dediquen a pagarle una buena educación a los más pobres, que sin esa ayuda se educarían diferente o no se educarían, porque estoy convencida que la educación es la herramienta más poderosa para la movilidad social y el progreso de las sociedades. Y me ha impactado el tono destructor del debate.
Posdata 1: un ajuste pendiente, para la próxima oleada de becas, es asegurar también que las universidades públicas queden obligadas a ampliar su oferta de cupos al admitir a los becarios. Lo que entiendo es que la ampliación de cupos tiene un impacto automático sobre las transferencias del Sistema Nacional de Participaciones que recibirían estas universidades y mientras esto no se solucione, se duplicaría la financiación de estos nuevos cupos. Por esta razón la ampliación de cupos se impulsará a través de convenios con las universidades, pero por lo pronto no se ha hecho obligatoria.
Posdata 2: el presupuesto de la educación para 2015 es de 29.4 billones de pesos. El programa de becas cuesta 150 mil millones (para que entremos en situación al tener esta conversación).
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7 de outubro de 2014
Colombia: La idea de que se financie el acceso de los mejores estudiantes pobres a educación superior de calidad parece gustarle a pocos..
Postado por
jorge werthein
às
19:11
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