14 de agosto de 2011

Las rebeliones juveniles en el mundo de hoy


Domingo 14 de agosto de 2011 
Tensión global / Se multiplican las protestas

Las claves de una rebelión imparable

Hay situaciones similares en países muy diferentes
Por Elisabetta Piqué  | LA NACION
LONDRES.- "Me rebelo, ergo, existo." Esta vieja frase de Albert Camus en La peste , que utiliza Frantz Fanon en su famoso libroLos condenados de la Tierra , resulta hoy más actual que nunca y parece resumir el cóctel de frustración, injusticia y rabia que estalló hace poco más de una semana en Londres.


Esa mezcla, movilizada por la tecnología y alimentada por la crisis económica y la desconfianza hacia los dirigentes, une, a la distancia, a masas de jóvenes de todos los continentes, de diversas razas y credos. En una virtual explosión social global que marca a fuego este 2011, ellos quieren gritarles a sus líderes políticos y al mundo que también existen, que ellos también son "alguien", que quieren participar de ese mundo ya accesible para todos a través de los celulares, Internet y los televisores plasma, que ellos también quieren ser tenidos en cuenta.


Primero vino la "primavera árabe", que borró de un plumazo y en tiempo récord gobiernos dictatoriales -apoyados por Occidente- en Túnez y en Egipto, y contagió a toda un área hasta hace poco blindada a cualquier tipo de protesta.


Después, con otros objetivos, pero inspirados por esos jóvenes árabes que desafiaron a los tanques y ocuparon la plaza Tahrir, en El Cairo, aparecieron los "precarios" italianos subiéndose al Coliseo o a la Torre de Pisa para reclamar educación y empleo.


Más tarde, el 15-M, como se bautizó el "histórico" 15 de mayo, irrumpieron los "indignados" españoles de la Puerta del Sol, de Madrid. Con su protesta pacífica, también ellos hicieron escuela e inspiraron nuevas versiones locales. Primero en Grecia, al borde del default y furiosa por el ajuste; desde hace unas semanas, en Israel, donde masivas protestas reclaman por el alto costo de vida y el precio de los inmuebles. Hubo además un salto hacia América latina, en Chile, donde los estudiantes acosan al gobierno del presidente Sebastián Piñera desde hace dos meses, en demanda de una educación gratuita.


La opinión pública mundial acaba de ser testigo ahora de una oleada de vandalismo y saqueos sin precedente en Londres, la capital de una potencia económica, en una rebelión social que aún debe analizarse a fondo. Pero que, según muchos analistas, está relacionada con el malestar de una parte de la sociedad, que se siente marginada.


Es claro que hay diferencias entre lo que pasa en Londres, donde todo el mundo coincide en que el factor ideológico o político está ausente, y las demás "explosiones sociales" que tuvieron lugar este año en diversas partes del planeta.


En la denominada "primavera árabe" -aún en curso en Siria, donde el gobierno reprime a los jóvenes que quieren revertir el statu quo; en Libia, donde es incierto el destino de Muammar Khadafy; en Yemen-, de hecho, el reclamo es por derechos civiles y políticos, libertad y democracia.


Los "precarios" italianos, por otra parte, quieren básicamente un empleo que les permita pensar en un futuro estable y reconozca sus derechos laborales, sociales y económicos. Los "indignados" españoles van por más: su lema es "sin pensión, sin casa, sin curro, sin miedo", y entre sus reivindicaciones también están la regeneración de la clase política ante la difusión de la corrupción. Los "indignados" israelíes, en tanto, denuncian el aumento de los precios de las viviendas, que los jóvenes no pueden permitirse afrontar.


"El estallido que hubo en Londres no tuvo un objetivo político, como en la plaza Tahrir, sino que fue fruto de una complejidad de causas. A diferencia de lo que sucede con otras explosiones sociales, como las que hubo en años recientes en Ecuador, Bangladesh, Filipinas e Indonesia por el aumento del precio de los alimentos; en Londres, donde hubo una explosión de rabia y de alienación, es como si un genio se hubiera salido de su botella. Y para volver a meterlo adentro hay que estudiar sus causas", indica a La Nacion Ed García, durante años profesor de Ciencias Políticas en Manila, Filipinas, y ahora senior advisor de la ONG International Alert.


Si bien hay diferencias entre "el incendio" de Londres y otras revueltas sociales, también hay muchos puntos en común. "Sin dudas todo está interconectado por cuestiones que afectan a todo el mundo, como la crisis financiera mundial, que provocó recortes y ajustes; la incertidumbre global; la crisis de deuda de Estados Unidos y Europa; el desempleo juvenil; las inequidades sociales; la brecha cada vez mayor entre ricos y pobres, y la guerra al terrorismo", destaca García.


Otro punto en común de todas las explosiones sociales, incluida la londinense, es la desconfianza absoluta hacia la clase dirigente, considerada alejada de los problemas reales de la gente, y la falta de respeto hacia la autoridad.


"Pareciera que hay una implosión de las sociedades occidentales, donde los recortes afectan cada vez más a los desposeídos, que no se sienten tenidos en cuenta por sus gobiernos, y que sienten que no tienen nada que perder", apunta García.


La utilización de las redes sociales, Twitter, Facebook, y, en el caso de Londres, el chat de BlackBerry, como herramientas de combate fueron claves en las rebeliones.


"Esta es la revuelta de los celulares", asegura el sociólogo Anthony Giddens, inventor de la Tercera Vía, uno de los máximos consejeros del ex premier Tony Blair y director de la London School of Economics. "Hay algo posmoderno en estas revueltas urbanas, marcadas por la rapidez con la que se difunden y en el contagio inmediato, que es favorecido por las nuevas tecnologías", afirma.


"El poder de la gente antes se movilizaba puerta a puerta. Ahora, con las redes sociales, todo es inmediato. Aunque son un arma de doble filo porque pueden hacer el bien o el mal", opina García.


Ultimo punto en común en los estallidos es que esa exclusión del mercado de consumo es padecida como "un estigma".


"Para los jóvenes de hoy, el único tótem es el consumismo. Sus padres y abuelos podían protestar por un ideal, pero ellos protestan porque quieren hacer shopping. En una sociedad que eleva el dinero como si fuera Dios, que premia a los banqueros con bonus millonarios, pese a los daños infligidos a la economía, ellos responden diciendo: nosotros hacemos shopping, nos llevamos, sin pagar, obviamente, lo que nos gusta y nos sirve", dice Giddens.


"Los supermercados se han vuelto nuestras catedrales; la lista de compras, nuestro breviario, y las procesiones a los centros comerciales, nuestros peregrinajes", coincide el sociólogo y filósofo polaco Zygmunt Bauman, que vive en Leeds.


"Para los consumidores sin acceso al mercado, los verdaderos pobres de hoy, el no poder comprar es el estigma odioso de una vida sin sentido", subraya.


De ahí, "me rebelo, ergo, existo".


Cifras del malestar

20%
Desempleo juvenil en Gran Bretaña Uno de cada cinco jóvenes de entre 15 y 24 años está desocupado; entre los jóvenes negros, la cifra asciende a casi 50%.

43,5%
Jóvenes desocupados en España Es la tasa más alta de la Unión Europea; hace tres años, el desempleo juvenil en el país era del 21%.

18
Días de revuelta en Egipto En enero pasado, la revolución que estalló en El Cairo y se extendió a todo el país acabó con el régimen de Hosni Mubarak.

150.000
Manifestantes en Chile Las masivas marchas estudiantiles del martes en Santiago y otras ciudades terminaron con violentos incidentes; el conflicto hace tambalear al gobierno..


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