Enseñar ciencias amplía la inclusión social
30/08/11
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) presentó recientemente el documento “Against the Odds – Disadvantaged Students who succeed in School” (“Contra las probabilidades – Estudiantes en desventaja que tienen éxito en la escuela”). Basándose en el análisis de desempeño de los jóvenes evaluados por el Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (Pisa), la organización revela que estudiantes que están es desventaja desde el punto de vista socioeconómico pueden destacarse en los estudios cuando están expuestos a mayor carga horaria de educación en ciencias.
Según la OCDE, una hora más de clases regulares de ciencias aumenta la probabilidad de que un estudiante sea resistente , esto es, de que supere los obstáculos y tenga un buen desempeño. “Bajo las mismas circunstancias, políticas con ese objetivo (más educación científica para los necesitados) favorecerán la equidad en los resultados educativos e impulsarán el promedio del desempeño”, señala el documento. Con el estudio, la OCDE demuestra que las ciencias pueden ser un factor más de inclusión social.
En ese contexto, cabe recordar que para educar bien a niños y niñas es indispensableinvertir tiempo y recursos humanos y materiales en la formación de profesores , apoyándolos en el proceso de mejora tanto de la didáctica como del contenido de las disciplinas científicas. Los profesores son los que tienen el poder de transmitir el desafío de la ciencia a sus alumnos.
Además de estimular el espíritu de investigación, el razonamiento lógico y el pensamiento científico, útiles para cualquier dominio del saber, el aprendizaje de ciencias abre puertas a un mercado de trabajo extremadamente promisorio . Decenas de carreras – viejas y nuevas – pertenecen al área de las ciencias, la mayoría de ellas tienen fuerte demanda de profesionales calificados, en especial en los países em desarrollo.
Como se sabe, en una sociedad altamente informatizada y mediatizada, ser y sentirse ciudadano integrado depende, en gran medida, del dominio de códigos científico-tecnológicos , así sea para ingresar y mantenerse en el mercado de trabajo, como para administrar la vida personal. La interpretación misma de los hechos demanda ese tipo de conocimiento.
Por lo tanto, la formación precaria en ciencias y tecnología – o, en casos extremos, la ausencia de esa formación- implica dos niveles de exclusión social : uno más visible, que incluye dificultades de inserción y ascenso en el mundo laboral; y otro, más sutil, relacionado con la capacidad de tomar decisiones individuales y concientes, así como de participar en importantes procesos colectivos decisivos.
Por lo tanto, cuando la OCDE expresa la relevancia de ampliar la dedicación de los estudiantes a la educación científica como forma de estimularlos y volverlos más resistentes , es aún más evidente la relación entre la educación, la ciencia y la inclusión social. Se trata de una visión que al mismo tiempo es resultado y promotora de la sociedad del conocimiento. Es una especie de círculo virtuoso en el que el saber exige cada vez más saber, siempre que todos puedan participar, ya que si no no sería un círculo virtuoso.
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