Participación educativa Nº Extraordinario 2010: De la educación popular al aprendizaje a lo largo de la vida
Revista del Consejo Escolar de Estado (España)
El proceso formativo de las personas no escolarizadas, o de adultos con acusadas carencias formativas, no sería posible sin un fuerte compromiso de las administraciones públicas y la generosidad y entrega de hombres y mujeres de la más variada estratificación social y cultural. Las primeras, diseñan y legislan, y los segundos, ejecutan, renuevan y aportan su trabajo, creatividad y estudio para la consecución de los fines propuestos. En este número de Participación educativa, que quiere ser un sentido homenaje a las instituciones, a las mujeres y a los hombres con compromiso sincero en la educación popular, aparecen ilustrativos ejemplos de esta colaboración que muestra la pluralidad de los enfoques y de los agentes. Se pueden destacar: la educación popular y sus destinatarios como campo de investigación histórica, los círculos católicos obreros, las escuelas dominicales, la liga católica, los ateneos obreros, la biblioteca de la Casa del Pueblo de Madrid, la contribución de María Moliner a la lectura pública, las bibliotecas populares de Asturias, la depuración de las bibliotecarias republicanas, las Universidades Populares, la Residencia de estudiantes y sus residentes y las Misiones pedagógicas.
España tiene una larga tradición en este modelo educativo desde el siglo XIX y se conocen periodos de acusado desarrollo: la España de la Restauración, la Segunda República, toma otros derroteros, o incluso llega a desaparecer durante el periodo franquista, y renace con renovado impulso con la llegada de la democracia. En estos periodos la sociedad española se articula en un infinito número de organizaciones que persiguen un mismo objetivo: mejorar la formación de las clases populares. Suministraban esta educación, en los años finales del S. XIX y hasta el final de la guerra civil, los poderes públicos, el movimiento obrero, la iniciativa social a cargo de la iglesia católica, el reformismo liberal-burgués, el republicanismo y los movimientos nacional-regionalistas... Hoy la promocionan los poderes públicos, con la inestimable colaboración de una red del tejido social en la que participan infinidad de instituciones y asociaciones que comparten los objetivos y logros de esta educación. Pero para responder con eficacia a las necesidades formativas de estas personas, se deben diseñar y ejecutar las políticas educativas más adecuadas y eficaces, que permitan lograr unos niveles de adquisición de las competencias básicas suficientes para su desarrollo profesional y personal. Los estudios y la experiencia demuestran que la educación, informal o reglada, se presenta como instrumento de extraordinario valor para el logro de tan necesario fin.
España asumió en la última década los objetivos educativos de la UE y viene desarrollando programas, proyectos y acciones que le permitan alcanzarlos y así facilitar a sus ciudadanos la integración de pleno derecho en la sociedad más avanzada, moderna y democrática y hacer realidad el principio del aprendizaje a lo largo de la vida. Una de las herramientas con las que cuenta el Ministerio de Educación para hacerlo posible es Aula Mentor, que se ha convertido en una valiosa ayuda para la formación de personas adultas utilizando las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en el ámbito de la formación no reglada con un enfoque abierto, flexible y a distancia a través de la red Internet.
El Consejo Escolar del Estado contempla con satisfacción el Plan de Acción para el Aprendizaje Permanente, actualmente en fase de discusión con los sectores afectados, que se presenta como una herramienta crucial para impulsar políticas de coordinación para la formación y cualificación de las personas adultas. Este Plan recoge en gran medida las propuestas que el CEE ha realizado en sus últimos Informes y las conclusiones y acuerdos tomados en Cáceres al término del XIX Encuentro de Consejos Autonómicos y del Estado en mayo de 2009, en especial la urgencia de la creación de una red integrada de formación de personas adultas con una doble función académica y laboral donde se acreditarían las competencias básicas y el reconocimiento de competencias profesionales de nivel 1 y certificados de profesionalidad de nivel 2 y 3. Por último, consideramos imprescindible la creación de un sistema integrado de información y orientación profesional y académica. Todo ello con el objetivo de hacer posible el derecho a aprender y dar una segunda oportunidad a quien la necesite. El presente de muchas personas y desde luego el futuro del país depende del rigor y acierto de las políticas educativas emprendidas en relación con el aprendizaje a lo largo de la vida
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