23 de novembro de 2011

Educación Inicial: Mariana Aylwin


La Segunda
Los niños chicos no marchan
http://blogs.lasegunda.com/thinktank/2011/11/23/los-ninos-chicos-no-marchan.asp

Mariana Aylwin, ex-Ministra de Educación de Chile

Durante las últimas décadas, se ha generado una amplia conciencia en el
mundo respecto de la importancia de la educación inicial. Toda la
investigación reciente en ámbitos como la neurociencia, la economía y la
educación, coinciden en los efectos que tiene la estimulación cognitiva
y afectiva, durante la primera etapa de la vida, en el desarrollo
psicosocial y la inteligencia en el largo plazo, y, por lo mismo, en la
rentabilidad que tiene invertir en la educación preescolar. La
nivelación de las oportunidades en la edad temprana es probablemente la
mejor herramienta para reducir las brechas de la desigualdad que tanto
nos duele en nuestro país.

Chile ha hecho un importante esfuerzo apostando a la creación de un
sistema de atención para los niños de hasta 4 años provenientes de los
hogares más vulnerables, a través del programa Chile Crece Contigo. Así
también, proponiéndose garantizar el acceso universal al primer nivel de
transición (prekínder) mediante la incorporación de éste al sistema de
subvenciones.

Como consecuencia de estas políticas, se ha producido una rápida
expansión de la cobertura de la educación inicial. Sin embargo, falta
mucho camino por recorrer. Por de pronto, no hemos concluido la tarea de
la cobertura. En preescolar, sólo se ha incorporado el 50% de los niños
de 4 años, pero, además, tenemos el gran desafío de mejorar la calidad
de las intervenciones, porque también hay evidencias de que, si ellas no
son las adecuadas, se arriesga severamente el impacto del esfuerzo de la
cobertura.

La masificación de la educación preescolar ha sido tardía y muy rápida.
Por ello, el principal obstáculo para la calidad es la debilidad de la
formación de nuestro capital humano. Tampoco hay experiencia acumulada:
se trata de un camino nuevo y desconocido. Por esto, se requiere una
política de fortalecimiento profesional y un apoyo pedagógico con
acompañamiento e insumos que permitan incrementar la efectividad de la
educación parvularia, mejorando también su institucionalidad y la
coordinación de las políticas dirigidas a los niños. Estas debieran ser
tareas irrenunciables.

Desgraciadamente, los niños chicos no gritan ni salen a las calles. Por
eso, vemos con preocupación el riesgo de que la definición de las
prioridades de las inversiones y las políticas termine cediendo a las
presiones de los grupos de interés. Sería un retroceso para la educación
chilena.


enviado por Gregory Elacqua

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