Cuatro profesores de San Francisco Solano crearon programas para trabajar la matemática en los móviles
Cynthia Palacios
LA NACION
Al desarrollar programas informáticos que transforman a los celulares en un recurso didáctico en el aula, cuatro profesores de matemática pusieron en práctica el consejo que dice: si no puedes contra tu enemigo, únete a él.
Hasta su creación, los teléfonos móviles estaban completamente vedados durante las horas de clase por ser un elemento de distracción para los alumnos. Pero su uso tan extendido hizo que estos docentes pensaran en aprovecharlos a favor de la enseñanza y aprendizaje de la matemática.
Patricia Aurucis, Silvina Cafferata Ferri, Gerardo Mamani y Silvia Trisalén, los docentes que idearon la inédita propuesta, recibieron el tercer puesto de los Premio ABA 2009/2010, de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA). Esta sexta edición de los premios tenía como tema "Tecnologías de la información y la comunicación. Cómo introducir su utilización en la educación secundaria".
Concretamente, desarrollaron programas ejecutables en los celulares dentro del proyecto "Divisibilidad de números naturales", en el Instituto Fray Mamerto Esquiú, en la localidad bonaerense de San Francisco Solano. Los programas realizan o resuelven operaciones como la de hallar la descomposición en factores primos de un número natural o el mínimo común múltiplo y el máximo común divisor entre dos números naturales. También permiten trabajar con números complejos y realizar ecuaciones cuadráticas, entre otras.
"Desde hace tiempo, trabajamos en la aplicación de nuevas tecnologías en la enseñanza", contó Mamani. Aunque trabajan con computadoras, suelen encontrar varios obstáculos como la cantidad de alumnos por máquina o la disponibilidad de la sala de computación.
"Otro tema era saber qué programas usar para que los chicos pudieran utilizarlos en sus casas y hay que considerar que los que no tienen computadoras suelen ir a un locutorio donde no van a estar instalados", agrega Cafferata.
Las calculadoras graficadoras o las científicas, que podrían hacer estas operaciones, son inaccesibles para la mayoría de los alumnos. Por eso se les ocurrió pensar en el celular. Es una herramienta que casi todos los chicos tienen.
"Con el lenguaje de programación que ya existía, creamos programas que se aplican a todos los modelos de celulares", detalló Mamani. Los programas se ocupan de operaciones relativamente simples, pero que llevan mucho tiempo cuando se las realiza "manualmente".
Aunque los profesores desarrollaron los programas, los chicos aportaron lo suyo. "Nos preocupaba cómo distribuirlos, con qué cables -recordó Trisalén-. Y ellos tenían clarísimo cómo hacerlo porque suelen pasarse canciones y archivos."
Menos reticenciasAunque el celular genera grandes resistencias por parte de las autoridades, es cierto que algunos temas generaron, de a poco, su aceptación. La seguridad es uno de los aspectos más relevantes por los cuales el celular se popularizó, dijeron los profesores. Si bien se fue aceptando la posibilidad de que los lleven a la escuela, sigue siendo objeto de prohibición su uso en las aulas.
"Los celulares se han vuelto tan potentes que su función principal, la comunicación, es sólo una de las diversas posibilidades que provee", detalló Mamani.
"Los programas diseñados para su utilización en los celulares tienen un tamaño muy pequeño y pueden cargarse en los teléfonos con los que los alumnos ya cuentan -sigue el profesor-. Una vez instalados, se pueden usar en la escuela y también fuera del ámbito escolar, aprovechando espacios y tiempos no escolares y no formales, siendo ésta otra ventaja por sobre otros recursos."
Si bien se declaran pioneros en el uso de celulares como recurso didáctico, saben de experiencias similares en otros países y en otras materias. Como la utilización de juegos para mejorar el nivel de lectura y de ortografía en Suecia, Gran Bretaña e Italia; la realización de películas educativas utilizando celulares en Chile y en los Estados Unidos; la enseñanza del inglés, como segunda lengua, en la India. Pero ninguna iniciativa trabajaba con la matemática.
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