22 de junho de 2011

El desarrollo científico, un proyecto de largo plazo



Nora Bär
Miércoles 22 de junio de 2011 | Publicado en edición impresa, La Nación
CAMBRIDGE, Estados Unidos.- Basta con recorrer algunos tramos del campus del Massachusetts Institute of Technology (MIT) para sentir que uno está, ¿cómo decirlo?, alucinando. Son casi 68 hectáreas, en las que se levantan edificios ultramodernos diseñados por nombres como Alvar Aalto o I. M. Pei, rodeados de amplios jardines donde crece una gramilla verde esmeralda, y en las que conviven centros de investigación que trabajan en el horizonte de la ciencia y decenas de empresas creadas bajo el influjo de desarrollos tecnológicos que vienen cambiando la vida de miles de millones de personas.
Los recursos que inundan esos amplísimos laboratorios, donde la investigación y el desarrollo casi no tienen fronteras que los separen, están a distancias estratosféricas de los que se manejan en el resto del continente... De hecho, basta con hacer una rápida comparación para valorar aún más la tarea de tantos científicos argentinos que compiten de igual a igual con estos grupos. Algunos de ellos recibirán hoy los premios Houssay y Rebeca Gerschman, los más prestigiosos que entrega el sistema nacional de ciencia y tecnología.
Pero si el MIT deslumbra, también es un ejemplo convincente de que no bastan ni los recursos ni las buenas ideas para acuñar ese tipo de gemas. Se necesita persistencia en la persecución de un objetivo. El desarrollo de la ciencia debería ser un proyecto de largo plazo. Y de muchos gobiernos...

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