Marc Prensky: “Debemos ayudar a nuestros alumnos a enfrentar el mundo venidero”
El 4 y 5 de septiembre de 2010, Marc Prensky estuvo en la Argentina ofreciendo una serie de charlas en la Conferencia ESSARP 2010. A lo largo de las jornadas, el creador del término “nativos digitales” se refirió a los desafíos presentes y futuros de la escuela, los niños y las familias en un mundo atravesado por las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
“Para lograr una mejor educación de nuestros niños y jóvenes hay que escucharlos y considerar sus expectativas, pasiones y puntos de vista. Asimismo, hay que atender al desarrollo de nuevas perspectivas y pedagogías en un contexto caracterizado por la transformación permanente, el ritmo acelerado y el cambio multidimensional.
Hoy nuestros hijos nacen con esta idea del cambio vertiginoso y nosotros como adultos debemos buscar las cosas buenas que traen aparejadas estas transformaciones. Como docentes también debemos estar abiertos los cambios y ser una fuente de motivación, para enganchar a los alumnos desmotivados e incentivar a quienes sí lo están”, sintetizó el especialista norteamericano en educación y TIC Marc Prensky.
Conferencia ESSARP 2010
Bajo el lema “Haciendo conexiones”, tuvo lugar en el Hotel Panamericano de la ciudad de Buenos Aires y reunió a 420 directores, docentes y representantes de la educación bilingüe inglés y castellano en la Argentina. También disertaron los especialistas Robert Marzano, Gerard Puccio, Richard Shade, Connie Kamm y Nora Sabelli.
A lo largo de sus tres presentaciones –una conferencia, una entrevista participativa con “nativos digitales” y una ronda de preguntas con el público–, Prensky abrió el juego con una serie de preguntas disparadoras:
¿Las aulas de hoy funcionan tan bien como las de antes? ¿Educamos a nuestros niños y jóvenes para el futuro y “el resto de sus vidas”? ¿Somos conscientes de la velocidad y naturaleza de los cambios asociados a las TIC? ¿Escuchamos y motivamos a nuestros alumnos a partir de sus intereses, necesidades y deseos?
Enseñar y escuchar con pasión
“¿Sabemos cuáles son las pasiones de nuestros alumnos? ¿Solemos preguntarles sobre ellas? En general, muy poco. Los chicos quieren que se los respete y los escuche; anhelan perseguir sus intereses personales, sin perder de vista el trabajo grupal y la cultura colaborativa; aspiran a crear y usar las herramientas propias de su época, y desean aprender cosas reales.”
Para ello debemos pensar nuevas metáforas que los/nos representen: “Hoy nuestros chicos son cohetes –volátiles, inestables y potentes– y los docentes deben asumir el papel de ‘ingenieros’ que apliquen el mejor combustible y colaboren a determinar sus trayectorias”.
“Antes de pensar en mayor disciplina deberíamos estimular la pasión y rescatar la importancia del trabajo colaborativo entre estudiantes y maestros. Como docentes y adultos tenemos la misión de poner las cosas en contexto, de buscar la rigurosidad y mediar en el intercambio. Asimismo, debemos preparar a los chicos para un futuro incierto; para buscar y discriminar información; para que encuentren y desarrollen lo que les gusta”.
La tecnología como aliada
A la pregunta ¿podemos cambiar nuestros hábitos y formas de enseñar?, Prensky responde: “Podemos y tenemos que cambiar nuestra mentalidad pedagógica. Y en ese marco, la tecnología no basta por sí sola; hay que ponerla en contexto, alentar sus mejores aplicaciones y ayudar a trabajar de manera asociada”.
“Debemos enfocarnos en verbos trascendentales como ‘crear’, ‘presentar’ y ‘aprender’, antes que privilegiar los sustantivos (que cambian permanentemente y están representados -en este caso- por diferentes soportes y aplicaciones TIC como el e-mail, el iPhone y/o la Wikipedia, entre otros).” En este sentido, hay que pensar cuáles son los verbos clave para enseñar y aprender en nuestros contextos, para después considerar la pertinencia y calidad de los sustantivos (¿son los mejores?, ¿son los apropiados?). Un ejemplo: ¿es el libro de texto el sustantivo apropiado? Asimismo, “como docentes precisamos ser flexibles y no encerrarnos en una única herramienta”.
“Hay que trabajar en una educación con los estudiantes, buscando un equilibrio ‘de arriba hacia abajo’ y ‘de abajo hacia arriba’. Asimismo, los educadores deben convertirse en multiplicadores digitales, rescatando la importancia del video (los nuevos textos), del juego (a través de los videojuegos) y de los teléfonos celulares.”
El libro electrónico
“Los libros no van a desaparecer, aunque pienso que lo importante no es el libro ‘físico’, sino su contenido, las ideas que promueve (más allá de su olor, color, textura, etcétera). Con esto no digo que no amemos a los libros impresos, pero si queremos ser buenos educadores debemos ayudar a nuestros alumnos con los nuevos soportes. Hay un peligro real: el temor al cambio muchas veces lleva a sobreproteger aquello con lo que crecimos y que valoramos. En este sentido, amemos a los libros pero no tomemos una postura que niegue la transformación histórica de los soportes [pensemos acaso, la propia historia del libro y su trayecto a través de la piedra, las tablillas de arcilla, la volúmina, el pergamino, el códice y el libro impreso].”
El miedo y el coraje frente al cambio
“Hoy los chicos nacen y crecen en un ambiente donde se aprende compartiendo, y como docentes debemos rescatar ese valor. Y en cuanto al desconcierto que puede provocar la dinámica acelerada de los cambios [técnicos y tecnológicos], no hay que tener miedo. El mundo nuevo ya está aquí… podemos sentirlo y puede producir algo de temor, pero debemos hacer lo que tenemos que hacer, con coraje y valentía.”
“Tenemos una oportunidad enorme de ayudar a nuestros alumnos pera enfrentar el mundo venidero. Para ello debemos aprender a comprometer a nuestros alumnos y también a comprometernos con ellos. Abramos el juego y fomentemos el diálogo. La escuela tiene un papel destacado en la formación de la sociedad… solo que los chicos también tienen algo que decir. Antes yo enseñaba una materia; ahora yo enseño a mis alumnos.”
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