"La web nos ha dado a todos un enorme megáfono"
JOSEBA ELOLA 25/11/2010
El ejecutivo se encarga de que Internet desarrolle todo su potencial
- Por supuesto.
Jaffe, norteamericano de 55 años, está de gira. Una semana y media en Europa, otra en Asia. Es, simplificando, el ejecutivo del que depende que Internet desarrolle su máximo potencial; el que sienta en torno a una mesa a los monstruos de la Red para que acuerden unos mínimos. Unas 400 firmas -Google, Yahoo, IBM, Telefónica, Siemens, universidades- pertenecen a esta organización sin ánimo de lucro que se financia al 80% con las cuotas de sus miembros.
- ¿Y qué opina del poder que acumula Google en la Red?
- No opino de compañías que forman parte de W3C.
Doctor en ciencias de la computación, Jaffe ha sido ejecutivo en IBM y asesor de Clinton. Es un señor con aire distraído que se pasea por todas partes arrastrando su maletita de ruedas. Su misión ahora es poner de acuerdo a los miembros del consorcio sobre cuál será el estándar de vídeo para el Html 5, la próxima versión del lenguaje de Internet. "El que todo el mundo pueda publicar en la Red va a ser el tema dominante en los próximos diez años", vaticina.
Jaffe revuelve la bolsa de patatas kosher. "La web nos ha dado a todos un enorme megáfono". La libertad de expresión, explica, ya no se limita a decirle lo que queramos al de al lado: lo podemos bloguear, decírselo a todo el mundo. "La tecnología potencia ese tipo de libertades". Pero no todo el monte es orgasmo, que dice el chiste. Jaffe asume que el asunto privacidad es peliagudo. "La gente, cuando envía un e-mail, accede a una web o a una red social, no sabe cómo es de vulnerable su información personal. Los técnicos tienen que lograr mecanismos de control obvios e intuitivos".
Su compañero de trabajo es el mítico Tim Berners-Lee, uno de los inventores de la web, el llamado señor www. "Es el visionario de nuestro tiempo. No sé si la gente se da cuenta de cómo un solo hombre ha transformado la sociedad". Y explica cómo se resuelven los conflictos en W3C: cuando las empresas no se ponen de acuerdo y una de ellas se considera perjudicada, tiene derecho a apelar a Berners-Lee, que tiene derecho de veto. "Casi no lo usa".
El coche que viene a buscarle ya azuza desde el aparcamiento. No hay margen para postres. Jaffe se levanta, se recoloca la kipá y recoge un poco su bandejita. Abandona la estancia con sonriente parsimonia, con ese aire de paseante risueño que arrastra su maletita de ruedas por el mundo.
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