8 de setembro de 2011

Los errores del "milagro chileno" sacuden al país


Por Mauricio Weibel


Mauricio Weibel es periodista, magíster en Gobierno de la Universidad de Chile e investiga del Centro de Estudios de la Comunicación del ICEI. Preside la Asociación de Corresponsales de la Prensa Internacional en Chile


(Desde Santiago de Chile)
La ola de protestas que sacude a Chile desde hace meses puso en entredicho la equidad de un modelo de desarrollo que, paradójicamente, permitió al país triplicar su ingreso per cápita y reducir la pobreza a un tercio en 20 años de democracia.

"El país está al borde de la ingobernabilidad", dijo incluso el ex presidente demócrata cristiano Eduardo Frei (1994-2000). Su homólogo socialista Ricardo Lagos (2000-2006) celebró "la primavera chilena", advirtiendo un agotamiento del modelo institucional y económico.

Desde Colombia, el mandatario de derecha Juan Manuel Santos apuntó la necesidad de atender la crisis de un conjunto de políticas puestas como ejemplo por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, entre otros.

El nudo de la crisis, admitido por la oposición de centroizquierda y el oficialismo, es ladesigual distribución del ingreso, pese a la caída de la pobreza a 15 por ciento, la menor de América Latina.

Algunas cifras impresionan. Por ejemplo, los ingresos laborales per cápita del décimo más pobre de la población son 78 veces menores que los del 10 por ciento más rico, según la Universidad de Chile.

Los pobres, según un informe del Gobierno y de la Fundación para la Superación de la Pobreza, tienen un porcentaje mayor de prevalencia de enfermedades de invalidez. Es decir, su deterioro cardíaco, cognitivo y físico es hasta tres veces mayor que los ricos.

El terremoto de 2010, el 5º peor de la historia, ahondó esas diferencias, dejando 200.000 hogares sin vivienda y pueblos completamente destruidos como Dichato o Iloca, al sur del país.

La solución a esta crisis, que puso en entredicho el sistema electoral, el modelo económico y la propia constitución, no es compartida por todos los actores sociales y políticos. Ello explica en parte la larga duración de las protestas ambientales, estudiantiles, civiles y regionales de 2011.

La derecha en el poder, aunque admite las inequidades, defiende un modelo que a su juicio permitió llevar al país a su actual nivel de ingreso per cápita.

Los actores sociales y la centro izquierda, aunque con matices, propugnan una mayor presencia del Estado y el fin del lucro en la provisión de bienes públicos.

En Chile, gran parte de la educación, todas las pensiones e incluso las carreteras son gestionadas por empresas privadas, a través de subsidios o concesiones del Estado.

Y en este punto las cifras nuevamente impresionan. Las familias de los estudiantes universitarios, incluso en las públicas que son pagas, deben abonar miles de dólares anuales por educación. El costo de una carrera universitaria en Chile, donde la mitad de la población tiene ingresos menores a los del Congo, es el segundo más alto del mundo, sólo superado por los Estados Unidos, según la OCDE.

En pensiones, debido a las inequidades y precariedades del mercado laboral, un 40 por ciento de la población, no logra ingresar al sistema privado de jubilación, creado para evitar los déficits públicos que generan los sistemas de reparto.

Pero eso no es todo. Las administradoras privadas de fondos de pensiones, que manejan recursos por un monto de 100.000 millones de dólares, obtuvieron desde el año 2006 utilidades que superan los 1.000 millones de dólares, pese a que los ahorros previsionales de los chilenos se redujeron en 5.000 millones de dólares desde 2007.

"Si no pudiera pagar las educación de mis hijos, yo marcho", dijo el ministro de Economía, el líder conservador Pablo Longueira, a dirigentes empresariales, proponiendo una reforma tributaria. De hecho, la salida a la actual ola de protestas estudiantiles parece apuntar a un mayor aporte fical, además de reformas administrativas y legales.

Los comicios municipales de 2012 y presidenciales de 2013, con la ex presidenta socialista Michelle Bachelet como favorita, asoman como las otras etapas de esta disputa.

"Este es un movimiento social y político", desafió la líder universitaria Camila Vallejos, tras reunir a cientos de miles de chilenos en marchas y protestas.

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