3 de outubro de 2011

El espionaje germano recuerda el pasado nazi de sus agentes en Latinoamérica



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ELENA GARUZ / EFE


La decisión de los servicios secretos alemanes de abordar de forma abierta el pasado nazi de la inteligencia germano-occidental (BND) vuelve a dirigir las miradas hacia América Latina en cuanto que refugio de algunos de los criminales de guerra del Tercer Reich más buscados.La desclasificación de documentos y la reciente creación de una comisión formada por cuatro prestigiosos historiadores para estudiar el pasado nazi del BND reflejan la voluntad de su presidente, Ernst Uhrlau, de arrojar luz sobre el funcionamiento del espionaje de la Alemania federal tras la II Guerra Mundial.
Los archivos del espionaje federal confirman que los servicios secretos ocultaron el paradero de muchos criminales nazis huidos de la justicia, muchos de ellos a Latinoamérica, para convertirlos en algunos casos en sus agentes.
El semanario “Der Spiegel” publicaba recientemente que Walther Rauff, coordinador y responsable de unidades móviles de cámaras de gas desarrolladas por él mismo en la Alemania nazi, colaboró entre 1958 y 1962 con el BND cuando residía en Chile para espiar al líder cubano Fidel Castro.
A pesar de conocer perfectamente el pasado de Rauff, reclamado por la justicia germana por la muerte de unos 98.000 prisioneros durante el nazismo, el espionaje federal no dudó en requerir sus servicios, por los que percibió 70,000 marcos alemanes.
Rauff, que se estableció como hombre de negocios en Chile tras pasar una temporada en Siria y Ecuador, fue detenido en 1962 por solicitud de Alemania, pero el proceso acabó sobreseído porque la justicia del país latinoamericano -donde murió en 1984- consideró que sus crímenes habían prescrito.
También Klaus Barbie, apodado “el carnicero de Lyon”, jefe de la Gestapo en la Francia ocupada, fue reclutado por la inteligencia germano-occidental en 1966 en Bolivia, donde residía desde 1951.
El BND, que entonces ampliaba internacionalmente su red de agentes, seguía atentamente el desarrollo en Bolivia al tiempo que Occidente temía que el país cayera bajo influencia soviética, como Cuba, si el pueblo se alzaba contra los militares.
Barbie, requerido por el BND por su “ideología alemana” y decidido “anticomunismo”, elaboró para los servicios secretos 35 informes en total, cuyo contenido se desconoce.
No obstante se sabe que Barbie asumió pocas semanas después de su reclutamiento la representación en Bolivia de una empresa alemana de venta de excedentes de armamento del Ejército germano, lo que le permitía informar de cuándo los bolivianos andaban escasos de armas o munición.
El BND rompió con su colaborador a finales de 1967, por considerar peligroso ese vínculo, y en 1983 Barbie fue expulsado de Bolivia y entregado a Francia.
El “carnicero de Lyon”, cuyos restos fueron enterrados en Cochabamba (Bolivia), murió en 1991 de leucemia en una prisión francesa, donde cumplía cadena perpetua por crímenes como la deportación de 800 personas, incluidos 44 niños judíos.
Otro de los fugitivos nazis más buscados, Josef Mengele, conocido como “ángel de la muerte” por sus experimentos con prisioneros en el campo de exterminio de Auschwitz, acabó sus días oculto en un país latinoamericano, Brasil, después de pasar por Argentina y Paraguay.
Aunque se había especulado con la posibilidad de que también Mengele hubiera sido reclutado por la inteligencia germano-occidental, los expedientes recientemente desclasificados establecen que no sólo no cooperó con el BND, sino que este organismo participó activamente en dar con su paradero.
En 1961, los servicios secretos germanos ya lo situaban en Brasil -donde falleció en 1979-, pero nunca se le llegó a detener, y en 1972 el BND reportó a la Cancillería federal que desconocía “dónde está actualmente” e incluso “si sigue con vida”.
Los expedientes revelan también que el espionaje alemán ocultó durante años el paradero en Argentina de Adolf Eichmann, artífice del plan de exterminio de los judíos de Europa.
Según filtraciones difundidas por la prensa alemana, el BND conocía el paradero de Eichmann desde 1952, pero no informó a la CIA hasta 1958.
El criminal nazi fue secuestrado en mayo de 1960 por los servicios secretos israelíes, el Mossad, en Buenos Aires, y ejecutado dos años después en Israel.
La comisión de historiadores, que cuenta con un plazo de cuatro años para estudiar los expedientes de los servicios secretos federales, centrará su investigación en los años comprendidos entre 1945 y 1968, periodo que precedió a la creación del BND.
Durante ese periodo funcionaron los servicios de la llamada “Organización Gehlen”, por el nombre de su jefe, el antiguo general de la Wehrmacht Reinhard Gehlen, que anteriormente había sido responsable del espionaje exterior nazi.





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