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Esteban Valenti
Montevideo Portal
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En vísperas de las fiestas conviene hablar de temas ligeros, inocuos. Falso. No hay recreo para la realidad, con o sin fuegos artificiales, o en vísperas de vacaciones hay que pensar. No pensar como yo pienso, en absoluto, simplemente pensar. En el futuro habrá cada vez menos empleos para los seres humanos en el planeta y, la población seguirá creciendo.
La revolución y la evolución tecnológica es implacable, se produce cada día más, mejor y con menos personal. El paradigma de esta nueva realidad son los robots productivos en todas las ramas, los autos sin chofer, son una variedad y el uso masivo de las nuevas tecnologías impactan todos en esa dirección. Inexorable.
A ello hay que agregarle los dramáticos cambios que se están produciendo en el mundo económico y productivo. Unos pocos ejemplos:
En 1998, Kodak tenía 170,000 empleados y vendía el 85% de todas las fotos impresas en papel del mundo. Pero en muy pocos años, su modelo de negocio desapareció, llevándolo a la quiebra. Lo que le pasó a Kodak le pasará a muchas industrias en los próximos 10 años.
Sin embargo, las cámaras digitales fueron inventadas en 1975. Las primeras tenían solo 10 megapixeles, pero siguieron la ley de Moore. Todas las tecnologías exponenciales, fueron una desilusión por un largo tiempo antes de que se convirtieran en muy superiores y fueron la tendencia principal en pocos años. Ahora esto pasará con la Inteligencia Artificial, en la salud, con los autos autónomos, la educación, la impresión 3D, la agricultura y esto tendrá un gran impacto en los puestos de trabajo. Bienvenido a la 4ta. Revolución Industrial. El software y la robótica cambiarán la mayoría de las industrias tradicionales en los próximos 5 a 10 años.
Uber es sólo una herramienta de software, no posee ningún vehículo, y ahora es la compañía de taxis más grande del mundo. Airbnb es ahora la compañía de hoteles más grande del mundo a pesar de no poseer ninguna propiedad.
Inteligencia Artificial: Las Computadoras serán exponencialmente mejores en entender al mundo. Este año, una computadora venció al mejor jugador mundial de Golf, 10 años antes de lo esperado. En los Estados Unidos los jóvenes abogados ya no consiguen trabajo. Porque en IBM Watson, se puede conseguir asesoramiento legal en segundos, con una exactitud del 90% comparado con una exactitud del 70% de los seres humanos. Así que, si estudias derecho, piénsalo muy bien. Habrá 90% menos abogados en el futuro, sólo quedarán los especialistas.
Watson ya está ayudando a los clínicos a diagnosticar cáncer, con 4 veces más exactitud que los médicos humanos. Facebook tiene ahora un software patrón de reconocimiento que puede reconocer caras mejor que los seres humanos. En el 2030, las computadoras serán más inteligentes que las personas.
El empleo por este camino se irá al diablo
El mercado laboral ha fracasado, como casi todos los demás. Ya no hay bastantes trabajos disponibles y los que quedan no sirven para pagar las cuentas familiares. ¿Y si el trabajo deja de la solución y pasa a ser el problema?
El trabajo en la mayoría de los países, es con mayor o menor énfasis es desde hace siglos, el rasgo definitorio que moldeó la cultura, el carácter de las sociedades. Trabajar bien, no faltar, ser puntuales, ser honestos, y superarse era valores fundamentales, no solo a nivel personal sino de las naciones.
Tomemos un ejemplo, los Estados Unidos, todos desde la izquierda hasta la derecha, desde Bernie Sanders hasta Donald Trump, pretenden solucionar el desmoronamiento del mercado laboral fomentando el “pleno empleo”, como si tener un trabajo fuera en sí mismo una cosa buena, sin tener en cuenta lo peligroso, exigente o degradante que pueda ser. No obstante, el “pleno empleo” no es lo que nos devolverá la fe en el trabajo duro el respeto a las normas o en todas esas cosas que suenan tan bien. Actualmente, la tasa de desempleo oficial en EE.UU. está por debajo del 6 %, muy cerca de lo que los economistas siempre han considerado “pleno empleo”, y sin embargo la desigualdad salarial sigue exactamente igual. Trabajos mal pagos para la mayoría no será la solución de los problemas sociales.
Y los números son implacables: en EE.UU. la primera potencia del mundo, más de un cuarto de los adultos actualmente empleados cobra salarios más bajos de lo que les permitiría superar el umbral oficial de la pobreza, y por este motivo un quinto de los niños estadounidenses viven sumidos en la pobreza. Casi la mitad de los adultos con trabajo en EE.UU. tiene derecho a recibir cupones de comida (el Programa Asistencial de Nutrición Suplementaria, SNAP por sus siglas en inglés, que proporciona ayuda a personas y familias de bajos ingresos, aunque la mayoría de las personas que tiene derecho no lo solicita). El mercado de trabajo está fracasando.
Los empleos que en todo el mundo desarrollado y en la mayoría de los países del sur que se evaporaron durante la crisis comenzada en el 2008, no volverán de la misma manera.
Los economistas de Oxford que estudian las tendencias laborales nos dicen que casi la mitad de los trabajos existentes, incluidos los que conllevan “tareas cognitivas no rutinarias” (pensar, básicamente) están en peligro de muerte como consecuencia de la informatización que tendrá lugar en los próximos 20 años. Estos argumentos no hacen más que profundizar las conclusiones a las que llegaron dos economistas del MIT en su libro Race Against the Machine (La carrera contra las máquinas), 2011. Mientras tanto, dos profesionales de Silicon Valley que dan charlas TED han comenzado a hablar de “excedentes humanos” como resultado del mismo proceso: la producción cibernética. Rise of the Robots (El alzamiento de los robots), 2016, un nuevo libro que cita estas mismas fuentes, es un libro de ciencias sociales, no de ciencia ficción.
Lo mismo dice un reciente informe de la OPP de Uruguay, que el 65% de los empleos actualmente existentes en el país, en un futuro relativamente cercano podrán ser sustituidos por software-robots.
Los cambios son tan profundos que deberíamos preguntarnos ¿Qué sucederá en un mundo donde el trabajo está en franco retroceso y que agudizará esta tendencia? ¿Qué hay del mundo del post-trabajo?
Incluso la pregunta debe ser más profunda. ¿Cómo sería nuestra sociedad y civilización si no tuviéramos que “ganarnos” la vida, si el ocio no fuera una opción, sino un modo de vida? ¿En qué emplearíamos el tiempo? Y la para la economía: ¿de dónde sacarían sus recursos los consumidores para comprar los bienes y servicios que se producirán más rápido, más barato y de una calidad uniforme y alta las nuevas tecnologías?
Y si no se resuelve esa última ecuación, el sacrosanto mercado no funciona, sin compradores, todo se paraliza.
¿Cómo se puede vivir sin un trabajo, es posible recibir un sueldo sin trabajar para obtenerlo? Para empezar, ¿es posible?, y lo que es más complicado, ¿es ético? Si te educaron en la creencia de que el trabajo es lo que determina tu valor en esta sociedad, como fuimos educados casi todos nosotros, ¿sentiríamos que hacemos trampas al recibir algo a cambio de nada?
Eso es a nivel social e individual, pero resta resolver un tema de fondo, aún para los más despiadados cultores de la libre competencia y el libre mercado la pregunta sobre los consumidores-compradores está directamente asociada a como les llegarán los recursos a las familias, aunque la plusvalía para el sector empresarial se puede disparar astronómicamente. Mientras vendan su producción…
Esa es hoy la fuerza principal de las sociedades, su capacidad de absorber la producción. El software y los robots y las diferentes aplicaciones, no comen, no se visten, no utilizan autos, no se curan, no viajan, etc. etc. etc.
La educación permanente, la cultural, la vida sana, el uso del tiempo libre, los deportes, la atención a los más débiles, y nuevas actividades que irán surgiendo asumirán cada día más un papel clave a nivel individual y social.
Por ello la renta nacional básica y obligatoria no puede hoy descartarse como un delirio. Como todas las revoluciones, la de las tecnologías comenzó a impactar de lleno no solo en las comunicaciones, en la reducción de los tiempos, en la globalización cultural, ahora le está llegando el tiempo al trabajo, sus efectos pueden ser realmente contradictorios y explosivos.
1) Con un aporte fundamental de James Livingston es profesor de Historia en la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey. Es autor de varios libros, el último No More Work: Why Full Employment is a Bad Idea (2016)
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