Un informe del prestigioso Pew Research Center revela que, en los EE.UU., el 75% ya tiene su propio celular, y uno de cada tres envía más de 100 SMS por día. Casi nadie habla por el teléfono. “El mensaje de texto se convirtió en el eje de comunicación de los más jóvenes”, dicen los especialistas.
El 75% de los adolescentes de los Estados Unidos tienen hoy celular. Casi el 90% de los que tienen celular reciben y envían mensajes de texto, y la mayoría lo hace todos los días. La mitad mandan 50 o más mensajes diarios. Uno de cada tres envía cien mensajes. En apenas cuatro años, "el mensaje de texto se convirtió cómodamente en el canal preferido de comunicación básica entre los adolescentes y sus amigos".
Estos datos fueron revelados por el Pew Internet & American Life Project, el proveedor de información más autorizado e importante del mundo sobre el impacto que ejerce Internet en las vidas de los ciudadanos del siglo XXI. Desde 2007, esta organización sin fines de lucro viene registrando el uso de la red que hacen los adolescentes, en particular, su adopción masiva de los sitios de redes sociales. Desde 2006 estudia por ejemplo la forma cómo los adolescentes usan los celulares, incluidos los mensajes de texto.
Aunque los teléfonos hacen algo más que enviar mensajes de texto, desde ya. Más del 80% de los adolescentes que tienen celular los usan también para sacar fotos (y el 64% para compartir esas imágenes con otros). El sesenta por ciento escucha música en ellos. El 46% los usa para jugar. El 32% para intercambiar videos y el 23% para acceder a sitios de redes sociales. El teléfono celular, en síntesis, es hoy "el eje de comunicación preferido para la mayoría de los adolescentes".
Como si enviar mensajitos, intercambiar cosas, pasear y pasar las horas del día prendidos a sus celulares no fuera suficiente, el 73% usa los sitios de las redes sociales, Facebook en su mayoría -un 50% más que hace tres años-. La comunicación digital no es sólo importante en las vidas de los adolescentes. Es la vida misma de los adolescentes.
"Existe una razón muy sencilla" explica Amanda Lenhart, especialista senior en investigaciones en Pew. "Simplemente, estas tecnologías satisfacen las necesidades de desarrollo de los adolescentes". "Los celulares y las redes sociales hacen las cosas que los adolescentes hicieron siempre. Definen su propia identidad, los independizan de sus padres, los hacen aparecer modernos y los hacen impresionar a los miembros del sexo opuesto -todo mucho más fácil-".
"Flirtear, pavonearse, contar chismes, burlarse de los amigos, salir, hacer confesiones. Todas las cosas clásicas que siempre existieron" dice Lenhart. Antes todo esto ocurría detrás de los garages de las bicicletas o a través de notitas dobladas cuidadosamente que nos pasábamos unos a otros con las manos transpiradas, entre clase y clase. Todo esto se volvió muchísimo más fácil con las redes sociales y los celulares.
Al igual que sus pares, a Philippa ni se le ocurriría soñar con usar su teléfono para llamar a alguien, salvo a sus padres, tal vez, para calmarlos si ella no está donde debiera estar o pedirles que la vayan a buscar. Las llamadas son caras y no se las puede hacer en clase (uno no debiera mandar mensajitos tampoco aunque "muchos lo hacen igual").
Jon Henley. The Guardian
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