Robots en vez de profesores en las escuelas coreanas
Son bajitos, rechonchos, con ruedas y con una pantalla para proyectar la cara de la maestra
Engkey
Bajitos, rechonchos, con ruedas y con una pantalla para proyectar la cara de la maestra. Así son los robots-profesores que acaban de instalarse en las escuelas surcoreanas. Se llaman “Engkey” y han llegado para promover otra forma de aprender; por el momento, sólo inglés.
Este ejercicio supone un paso en la modernización de la sociedad soñado durante décadas, pero en un terreno social como es la educación. Sin embargo, Corea del Sur solo está robotizando el canal, ya que los aparatos son controlados por personas que se encuentran en Filipinas. Las profesoras filipinas están en todo momento en contacto con los niños, hablándoles y escuchándoles, mientras que ellos pueden ver en la pantalla del robot una cara occidental que gesticula en función de lo que haga la persona.
En el fondo, puesto que hay profesores humanos detrás de cada robot, por el momento el único efecto real es la deslocalización del trabajo hacia zonas donde los costes laborales son menores.
El programa piloto consta de 29 robots que han sido distribuidos en 21 escuelas de la ciudad de Daegu. Han sido dearrollados por el Korea Institute of Science of Technology (KIST). “Los profesores filipinos con buena educación y experiencia son mucho más baratos que en cualquier otra parte del mundo, incluido Corea del Sur”, ha afirmado uno de los encargados del proyecto en el KIST, Sagong Seong-Dae, para AFP.
Apoyo o sustituto del profesor
En Daegu ya han comprobado dos de las ventajas que ofrecen estos robos frente a los profesores tradicionales. La primera, la estimulación de los niños al tener ante sí algo que les resulta atractivo como es la tecnología punta. La segunda, que se reduce la barrera de la participación en clase que provoca el miedo a los educadores.
Sin embargo, las autoridades aseguran que su objetivo no es sustituir a profesores por máquinas, sino apoyar una industria estratégica clave en el país. El programa está apoyado por el estado central, que ha contribuido con más un millón de euros a su desarrollo.
El instituto coreano de tecnología sí prevé una evolución en esta dirección de la educación, enfocada a la reducción de costes y a la estabilidad que puede presentar un robot frente a una persona en salarios, costes sanitarios, bajas y despidos, aunque el debate ético y legal apenas acaba de comenzar. Por el momento, la robótica ya se ha demostrado útil para la deslocalización de un sector más de la economía. Pero aún queda comprobado cuánto puede aguantar el humano cuando sus relaciones personales son sustituidas por algún tipo de compañía virtual.
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