La discusión acerca de la difusión de contenidos a través de Internet llegó a la Feria de la mano de Argentores. Roberto “Tito” Cossa, presidente de la asociación, Darío Rodríguez Miglio, Carlos Polimeni y Sergio Vainikoff expusieron su perspectiva sobre cómo afecta a los autores la descarga de contenidos en la Web.
POR IVANNA SOTO
“No se puede pedir que los autores seamos los únicos socialistas en esta historia”, afirmó Tito Cossa. “Apoyamos firmemente el sentido de la cultura libre: lo hemos hecho a lo largo de nuestra vida y en tiempos donde podíamos perderla. Estaríamos dispuestos a apoyar la cultura gratuita siempre y cuando todo fuera gratuito”, señaló el dramaturgo que durante la dictadura militar fue motor de Teatro Abierto. Según él, Internet en tanto fenómeno del capitalismo revolucionó las comunicaciones, pero no modificó la estructura económica. Y como tal, no sólo no lo cuestiona, sino que acompaña la estructura de negocio.
En esta suerte de anarquismo planetario horizontal que no reconoce horarios ni fronteras ni idiomas, como define a Internet el periodista y guionista Carlos Polimeni, “hay un grado de horizontalidad en la comunicación, la información y el debate que evade los sistemas verticales de poder”. Según Darío Rodríguez Miglio, abogado y especialista en cuestiones de derecho aplicadas a la Propiedad Intelectual, “en cada invento subyace un cambio de hábito en los públicos y el derecho siempre va después. Primero se produce un problema en la sociedad y luego se produce la norma que lo regula”. Por esto, como la revolución va haciéndose de manera exponencial –agregó Polimeni– no ha habido tiempo para detenerse en el debate y la reglamentación. “Una vez hecha la revolución recién empezamos a pensar en la reglamentación. Y ahí es cuando mucha gente se pregunta por qué ahora hay que reglamentar una revolución horizontal”, explicó.
Pese a que todos reconocieron las bondades de Internet en tanto herramienta de difusión, los panelistas hicieron hincapié en el pago a los autores por sus obras. “En el negocio de Internet no se reconoce el derecho a los autores, que debe ser pagado por las grandes empresas y los productores multimillonarios”, aseguró Cossa. “Es un trabajo que no se ve, y parece que fuera un trabajo inofensivamente gratis”, agregó el músico Sergio Vainikoff. No es contra los usuarios, pero ellos son en parte causa de esta situación, dicen. “El que piratea está lesionando los derechos de los autores y los que ganan son siempre los que expresan a las clases sociales dominantes y poderosas del sistema capitalista”, afirmó Polimeni.
En este contexto donde Estados Unidos propone leyes casi policiales, dueños de empresas que linkean contenidos van presos y son juzgados penalmente, el debate sobre cómo se resuelve la paga a los autores está muy lejos de llegar a su fin.
En esta suerte de anarquismo planetario horizontal que no reconoce horarios ni fronteras ni idiomas, como define a Internet el periodista y guionista Carlos Polimeni, “hay un grado de horizontalidad en la comunicación, la información y el debate que evade los sistemas verticales de poder”. Según Darío Rodríguez Miglio, abogado y especialista en cuestiones de derecho aplicadas a la Propiedad Intelectual, “en cada invento subyace un cambio de hábito en los públicos y el derecho siempre va después. Primero se produce un problema en la sociedad y luego se produce la norma que lo regula”. Por esto, como la revolución va haciéndose de manera exponencial –agregó Polimeni– no ha habido tiempo para detenerse en el debate y la reglamentación. “Una vez hecha la revolución recién empezamos a pensar en la reglamentación. Y ahí es cuando mucha gente se pregunta por qué ahora hay que reglamentar una revolución horizontal”, explicó.
Pese a que todos reconocieron las bondades de Internet en tanto herramienta de difusión, los panelistas hicieron hincapié en el pago a los autores por sus obras. “En el negocio de Internet no se reconoce el derecho a los autores, que debe ser pagado por las grandes empresas y los productores multimillonarios”, aseguró Cossa. “Es un trabajo que no se ve, y parece que fuera un trabajo inofensivamente gratis”, agregó el músico Sergio Vainikoff. No es contra los usuarios, pero ellos son en parte causa de esta situación, dicen. “El que piratea está lesionando los derechos de los autores y los que ganan son siempre los que expresan a las clases sociales dominantes y poderosas del sistema capitalista”, afirmó Polimeni.
En este contexto donde Estados Unidos propone leyes casi policiales, dueños de empresas que linkean contenidos van presos y son juzgados penalmente, el debate sobre cómo se resuelve la paga a los autores está muy lejos de llegar a su fin.
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