Por: Juan Arias | 24 de abril de 2012
¿Será este siglo el de la mujer en Brasil? Es lo que piensa la Presidenta Dilma Rousseff, la primera mujer que ha llegado a la Jefatura del Estado.
Sin duda, Dilma ha contribuido, desde su llegada a la Presidencia, a fomentar de todos los modos la presencia femenina en la machista política del país.
Quizás lo más importante es que se está creando la convicción de que la presencia de la mujer en la política, en la justicia, en las fuerzas de seguridad y en las empresas, son un valor añadido que durante mucho tiempo se había despreciado o valorado poco.
Marta María de Amaral ( Presidenta de Funai)
Tanto en la cumbre como en la base, la presencia femenina se hace cada día más importante en este país,donde la mujer destaca ya por sus estudios. El 60% de los estudiantes que hacen el doctorado son ya mujeres. Las mujeres deciden hoy elo 80% del consumo del país y el 41% de ellas tiene ya tarjeta de crédito.
En algunos Estados, como el Espíritu Santo, el 55% de las micro empresas están ya en manos de mujeres y en la base, en las capas más pobres, las mujeres llegan a veces al 80% como cabezas de familia. La mujer en Brasil está entrando con fuerza en todos los campos, incluso en las fuerzas de policía.
Existe la convicción de que ellas son más inmunes a ciertos tipos de corrupción y más cercanas a la ciudadanía. Y son más capaces que los varones de abordar varias tareas al mismo tiempo sin perderse.
Cada día nuevas figuras femeninas llegan a los puestos claves del poderpolítico, económico o judicial. Después de la exguerrillera Dilma, nuevas mujeres han entrado en puestos claves del gobierno como los ministerios de Casa Civil (Presidencia) y Relaciones Institucionales. La mayor empresa del país, Petrobrás, una de las mayores petroleras del Planeta, está presidida por la química, Graça Foster.
La nueva Presidenta de Funai ( Fundación Nacional del Indio) ha sido puesta en manos de una mujer, la antropóloga, Marta María de Amaral Azevedo. Y hace sólo unos dias, una mujer, Cármen Lúcia, ha llegado por vez primera vez a la Presidenta del Tribunal Superior Electoral.
A su toma de posesión, asistió la flor y nata de la Justicia y de la Política del país, con a la cabeza la Presidenta Dilma Rousseff. Fue un día histórico, sobretodo porque la nueva Presidente del importante organismo que debe regular y vigilar la compleja máquina electoral, ha sido clara desde el primer momento: será a favor de que la ética sea el faro que guía la nueva Presidencia del Superior Tribunal Electoral.
Lúcia ha apoyado firmemente la reciente ley de la “Ficha Limpia”, que impide a los políticos que hayan sido condenados en primera instancia representarse a las elecciones. La ley se aprobó gracias a una iniciativa popular que recogió más de un millón de firmas y que supone un paso formidable en la lucha contra la corrupción política.
Y ha apoyado, sin ambages, que el llamado “proceso político del siglo”, en manos del Supremo Tribunal federal desde hace seis años, con 37 imputados del caso del mensalão, se haga ya, sin esperar más para que no exista el peligro de que muchas de las acusaciones puedan prescribir, como tantos desearían. Lúcia ha dicho que es ese “el clamor de la ciudadanía”.
En su discurso de toma de posesión, la nueva Presidenta del Trribunal Superior Electoral fue brevísima y concisa. Propuso tres principios fundamentales:
- Hay que acabar con una justicia “artesana” en la “sociedad de masas”. La Justicia tiene que actuar a la velocidad que le permiten hoy las nuevas tecnologías.
- La Justicia necesita de la ayuda capital de “los medios de comunicación”. Para la nueva Presidenta “no existirán elecciones libres sin una prensa libre”.
- Y tercero, la construcción de un país, no depende tanto de los políticos cuanto de la acción “de los ciudadanos honrados”.
En esta línea, Lúcia abogó para que los ciudadanos sean conscientes de su voto ya que que cuando votan “están escribiendo su presente y su futuro”.Una afirmación que parece obvia, pero que en Brasil es fundamental ya que uno de los vicios políticos es la “compra de votos”. Hay políticos que hasta alardean del número de votos que consiguen comprar.
Lúcia ha elogiado nada más llegar a la Presidencia del Tribunal Electoral, dos característica de la Presidenta Dilma: su actuación firme en la lucha a favor de los valores éticos y la búsqueda de la eficiencia en la máquina del gobierno.
En lo que se refiere al número exhorbitante de partidos que existen en Brasil,más de 30 oficiales, y que muchas veces son la causa de muchas corrupciones, Lúcia ha sido muy aguda. Aún aceptando que el número de partidos es excesivo, recordó que el pluralismo político está sancionado en la Constitución y es una de las bases de la democracia.
¿Cómo dismimunir entonces ese número excesivo de partidos, la mayoría sin ideología alguna? Según Lúcia, eso tienen que hacerlo los ciudadanos con su voto, que sería la forma más democrática de reducirlos y no desde arriba, con un acto autoritario. Toda una demócrata.
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