Estudio en centros urbanos
Las mujeres son las que más leen y los jóvenes lo hacen cada vez menos, según una encuesta
Los pasillos de la Feria del Libro están repletos y en los subterráneos y colectivos porteños es habitual ver gente abstraída en la lectura. Sin embargo, a la hora de optar por un entretenimiento, sólo el 11% de la población urbana del país elige un libro. Entre ellos, los que más leen son mujeres, personas solteras y con trabajo.
Así se desprende de un informe de la agencia de medios Quiroga elaborado con datos de la encuesta TGI (Targe Group Index)-Ibope. El estudio se hizo entre febrero de 2011 y enero de 2012 y abarcó a 10.165 residentes, de entre 12 y 75 años, en las principales ciudades del país. El informe fue difundido ayer con motivo de celebrarse el Día Mundial del Libro y el Derecho de Autor.
El sondeo indica que los horarios más habituales de lectura son la tarde y las últimas de la noche, y que el lector frecuente realiza sus compras principalmente en librerías particulares o cadenas de librerías. "La encuesta en la que nos basamos se hizo en ciudades grandes, por lo que representa a la mitad urbana de la población del país", dijo Sandra Zabala, directora de investigación de Quiroga, responsable del informe, en el que se cruzaron los datos de quienes respondieron que leyeron un libro en los últimos treinta días.
Esos datos también registran una abrupta caída del hábito de la lectura, concebida como un entretenimiento, entre los adolescentes. Comparados los resultados de ese informe con el de 2004, el porcentaje de los jóvenes de entre 12 y 17 años que dijeron ser lectores frecuentes de libros cayó del 15% al 7%. "Hoy hay más oferta de diversión para los jóvenes. Se ha abierto el abanico y algunos optan por otra cosa", dijo Zabala.
De las respuestas dadas durante 2011 se deduce además que las mujeres leen en mayor proporción que los hombres (12% vs. 9%).
Por otro lado, a medida que disminuye el nivel socioeconómico del individuo, disminuye la proporción de lectores dentro del grupo. Así, los lectores frecuentes son el 19% de las personas de nivel socioeconómico alto, el 13% entre los de nivel medio y el 6% entre los de nivel bajo.
En cuanto a la edad elegida para leer, la mayor proporción se da en los rangos comprendidos entre los 20 y los 34 y entre los 45 y los 54 años.
Según ese estudio, la mitad más uno de los lectores frecuentes no está casado y un 33% sí contrajo matrimonio. Además, el 55% trabaja y el resto se reparte entre jubilados, amas de casa exclusivamente, estudiantes y otras ocupaciones. Los horarios más frecuentes de lectura son por la tarde (de 12 a 18) y en las últimas horas del día (de 22 a 2).
Comparadas las cifras con la encuesta de 2004 también surge que las regiones del país que más dejaron de leer son el Sur y el Gran Buenos Aires. Allí la elección de un libro como entretenimiento cayó del 16% al 9% y del 14% al 8%, respectivamente. La ciudad y la provincia de Buenos Aires, por su parte, mantuvieron un 15% de su población urbana que puede considerarse lectora frecuente.
Los resultados del año pasado muestran que las costumbres de lectura no cambiaron mucho en el país en la última década. También la Encuesta Nacional de Lectura, realizada en 2001 por Catterberg y Asociados, evidenciaba que los que más leían en el país por entonces eran las mujeres, los mayores de 40 años y los individuos de nivel económico y social medio y alto.
Zabala destacó que los datos surgen entre los que respondieron que leyeron un libro cuando fueron interrogados sobre si habían realizado alguna actividad como entretenimiento en el mes previo a la encuesta: "Es verdad que a la Feria del Libro va mucha gente y que se ve mucha gente leyendo en los subtes o en las plazas. Habrá que ver qué pasa, si es que no compran tanto o no los leen".
Carlos Pazos, consejero honorario de la Fundación El Libro, organizadora del mayor encuentro editorial nacional, consultado sobre estos hábitos sostuvo: "Puede ser que esta encuesta tenga estos resultados, pero en la Feria se ve otra cosa, se ve el entusiasmo de la gente".
"No me explico entonces adónde van a parar, por ejemplo, los 118 millones de ejemplares de libros que se produjeron sólo durante 2011. Si tenemos una población de 40 millones y no se exporta más del 30%", planteó asombrado Pazos, uno de los que asistieron a la presentación que hizo el sábado, en la Feria, Fernando Zapata López, el director del Centro Regional para el Fomento de la Lectura en América Latina y el Caribe (Cerlalc), de la Unesco.
Zapata López informó en esa oportunidad sobre un estudio que midió los hábitos de lectura en seis países latinoamericanos y en el que la Argentina registra el más alto porcentaje de lectura de libros en la población, con 55%.
Conducida por el Cerlalc-Unesco, la investigación se hizo con motivo de la celebración del Día Mundial del Libro y los Derechos de Autor.
En ella se incluye la lectura de libros, revistas, periódicos en sus distintos formatos. A la Argentina le siguen Chile (51%), Brasil (46%), Colombia (45%), Perú (35%) y México (20%).
Al ser consultada sobre estos datos, Zabala expresó: "No conozco esa investigación, pero es sabido que en la Argentina se lee más que en otros países de América latina. Pero también podríamos compararnos con otros países de Europa y seguramente no estaríamos en tan buenos puestos".
El director de la Cerlalc anticipó que esa investigación revela que en la Argentina se leen 4,6 libros promedio por habitante en un año; en Chile se leen 5,4; en Colombia, 2,2, y en México, 2,9.
"Estos datos dan por tierra con el mito creado hace algunas décadas que decía que en el país el promedio de lectura por habitante no era ni de un libro por año", concluyó Pazos.
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