Firmó uno de sus proyectos más ambiciosos; el movimiento estudiantil lo resiste y anunció nuevas marchas
SANTIAGO, Chile.- En una semana tensa y sólo 48 horas antes de su primera rendición pública ante el Congreso, la presidenta chilena, Michelle Bachelet , firmó ayer uno de los proyectos más ambiciosos de su gran reforma educativa , que establece el fin al lucro, a la selección estudiantil y al financiamiento compartido en la educación escolar.
"Hoy estamos dando el primer paso de la reforma educacional más significativa de Chile en los últimos 50 años, recogiendo las demandas que han sido planteadas en las calles y que apunta a tener una educación de calidad, gratuita e integradora", dijo la mandataria.
En el caso de las escuelas que reciban subvención del Estado, sus dueños no podrán retirar utilidades, sino que estarán obligados a reinvertirlas en la misma institución. Las sociedades con fines de lucro tendrán un plazo de tres años para constituirse como corporaciones o fundaciones.
El término del copago posibilitará que los colegios particulares subvencionados -que reciben recursos del Estado y de los padres o apoderados- pasen gradualmente a ser gratuitos en un plazo de diez años a contar desde la aprobación de la ley.
El fin de la selección, por último, acabará con ciertos mecanismos considerados discriminatorios (filtro socioeconómico, étnico, cultural) en el proceso de postulación de los alumnos y que, a juicio de muchos, tiende a crear guetos de excelencia académica.
Los planes del oficialismo, sin embargo, no coinciden con la voluntad estudiantil. Luego de una reunión llevada a cabo antenoche, los miembros de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) anticiparon su rechazo a los planes de Bachelet y anunciaron una masiva marcha para mañana en Valparaíso, mientras Bachelet se dirija al Congreso.
"Tenemos una reforma que se generó a las espaldas de Chile, un proceso que no vinculó a las organizaciones sociales. Frente a eso, la única respuesta que podemos tener es la movilización", amenazó la presidenta de los estudiantes, Melissa Sepúlveda.
El panorama se agrió aún más para el oficialismo durante la tarde de ayer, luego de que los estudiantes secundarios rechazaran también el proyecto de Bachelet.
"Esta reforma es de baquelita [sustancia plástica]: se rompe fácil, no tiene sustento y por eso la rechazamos. No se garantiza que se vaya a terminar con el lucro, que se vaya a fiscalizar o regular", advirtió la vocera de la asamblea coordinadora de estudiantes secundarios (Aces), Lorenza Soto, cuya organización también se sumará a las protestas de mañana en Valparaíso.
Si bien la iniciativa presidencial sí contó con la aprobación de los profesores, el gremio exigió ser consultado antes de las dos reformas que se proyectan para el segundo semestre y que los atañe directamente: la de desmunicipalización y otra de carrera docente.
REFORMA TRIBUTARIA
Simultáneamente, la oposición sigue atacando sin cuartel la reforma tributaria, precisamente el sostén de la refundación educativa que pretende Bachelet. Su proyecto ya fue aprobado en general y particular en la Cámara de Diputados la semana pasada, en sólo 48 horas, y desde hoy comenzará a ser analizada en el Senado.
Al respecto, el ministro de Hacienda chileno, Alberto Arenas, afirmó estar abierto a modificar la reforma tributaria, pero sin alterar "el corazón" de ésta, en lo que concierne a los fondos que se pretende reunir (8200 millones de dólares, alrededor del 3% del PBI), el alza de los impuestos a las empresas, la baja a las personas y la eliminación del polémico Fondo de Unidades Tributables (FUT). Ésa fue la gran bandera defendida por el empresariado y la derecha.
"Reafirmamos nuestra convicción de haber votado en contra de la reforma tributaria. Para estos proyectos, no vale la pena quitarles más recursos a los chilenos", dijo el presidente de la opositora Unión Demócrata Independiente (UDI), Ernesto Silva, en referencia a los proyectos de ley firmados ayer por Bachelet y que deberán ser aprobados en la Cámara de Diputados, en el plazo de un mes.
"Yo invitaría a los parlamentarios a que tratemos de concentrarnos en lo profundo del proyecto, y su contenido no es otro que poner las reglas del juego de la educación en Chile acorde con las prácticas reconocidas en todos los países en desarrollo", dijo el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre.
LOS TRES PILARES DE LA REFORMA EDUCATIVA
- Fin al copago Bachelet quiere eliminar el copago mensual de las familias mediante un aumento de los aportes del Estado a las escuelas subvencionadas
- Sin lucro Los colegios que reciban aportes del Estado no podrán obtener beneficios y deberán convertirse en fundaciones en dos años
- Selección La reforma busca prohibir la selección de alumnos en las escuelas que reciben aportes del Estado
Bachelet presenta su reforma educativa para superar la desigualdad
La presidenta firma los primeros proyectos de ley que buscan garantizar un sistema gratuito
ROCÍO MONTES Santiago 19 MAY 2014 - 23:31 CET, El País
Pocas horas antes de que se dirija a la ciudadanía desde el Congreso Nacional —una tradición de los mandatarios chilenos cada 21 de mayo— la socialista Michelle Bachelet ha firmado los primeros proyectos de ley que conforman su reforma educativa, que ha calificado como “la más significativa que Chile ha tenido en los últimos 50 años”. “Estamos cumpliendo con lo que nos comprometimos: iniciar un proceso que permita asegurar calidad, gratuidad y acceso a la educación”, ha dicho la presidenta desde el Palacio de la Moneda.
Bachelet asumió su segundo periodo el pasado 11 de marzo en medio de enormes expectativas sobre la reforma educativa, con la que pretende combatir el principal problema del país sudamericano: la desigualdad. Fue uno de los tres pilares de su programa de Gobierno —junto con una reforma tributaria y una nueva Constitución—, apoyado por el 62% de los ciudadanos en la última elección. Tanto Bachelet como el resto de la clase política saben que la educación es prioritaria para los ciudadanos y que las protestas estudiantiles de 2011 fueron la expresión del descontento que existe respecto de un sistema que segrega a los niños y jóvenes de Chile. El debate, sin embargo, promete ser álgido en el Congreso.
La presidenta ha enviado tres proyectos, que comenzarán a ser discutidos en el Parlamento. Uno de ellos prohibirá que las instituciones educativas que reciben financiamiento público apliquen mecanismos de selección de estudiantes. La presidenta también ha firmado la iniciativa que evitará, gradualmente, que los padres deban ayudar a pagar la educación escolar de sus hijos en el sistema público. La tercera tiene relación con una de las principales demandas del movimiento estudiantil de 2011: que en Chile nadie lucre con la educación, como sucede hace décadas. Y para ello el Gobierno pretende que todos los establecimientos que reciban algún tipo de aportación del Estado destinen los recursos públicos en mejorar la calidad y, en un plazo de tres años, se transformen en corporaciones o fundaciones sin fines de lucro.
Los cambios en la ley buscan restringir los procesos de selección de las instituciones educativas que reciben apoyo público
La mandataria tiene los votos necesarios para aprobar su reforma, pero debe procurar el diálogo con todos los sectores políticos y sociales para resguardar la gobernabilidad. El ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, ha señalado que el Ejecutivo tendrá una actitud “flexible” para enfrentar el debate legislativo. El secretario, sin embargo, ha seguido la línea de Bachelet respecto de sus reformas estrella: que las iniciativas se discutan no significa que haya espacio para modificar la esencia de los cambios contemplados en su programa de Gobierno.
Los estudiantes han reaccionado de inmediato y a través de la presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), Melissa Sepúlveda, han señalado que se trata de una reforma “sin contenido”, según publica el periódico La Tercera. Los jóvenes acusan al Gobierno de no haber dialogado y de haber fabricado su propuesta “entre cuatro paredes”. “Pretende regular el mercado educacional y no transformar a la educación como un derecho”, ha comentado la dirigente.
La socialista ha arrancado con su reforma educativa solo cinco días después de que la Cámara de Diputados, donde tiene mayoría, aprobara el miércoles pasado la reforma tributaria con la que pretende financiar los cambios en el sistema de enseñanza escolar y universitaria. El objetivo es aumentar la recaudación fiscal en tres puntos del PIB, lo que equivale a 8.200 millones de dólares. Una porción importante de esos recursos —unos 5.000— serán destinados a la reforma educativa.
La presidenta aspira a un nuevo sistema que tenga como principio básico la equidad tributaria: que los que más tienen, contribuyan más. Entre otras medidas, contempla el aumento de los impuestos a las grandes empresas de un 20% a un 25% en un plazo de cuatro años y la eliminación gradual del Fondo de Utilidades Tributables (FUT), un sistema vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet, inédito en el mundo: permite a los empresarios pagar impuestos solamente por las utilidades que retiran y no por sus ingresos totales.
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