El representante de la FAO para America latina y el Caribe, Raúl Benitez, participa el miércoles, en Ciudad de México, en el foro ‘Iniciativa America Latina y Caribe sin hambre’. Latinoamérica es la región que ha logrado más avances en la lucha contra el hambre en los últimos años.
EFE
MEXICO -- Latinoamérica tiene la capacidad de acabar con el hambre antes del 2025 gracias a las políticas sociales para el acceso a los alimentos, dijo el miércoles Raúl Benítez, representante de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El funcionario de la FAO inauguró este miércoles la VIII Reunión del Grupo de Trabajo 2025, de la Iniciativa América Latina y el Caribe Sin Hambre, que se desarrolla hasta el jueves en la capital mexicana con la asistencia de funcionarios públicos y expertos de 24 países.
Explicó que hoy “como en ningún otro período de nuestra historia latinoamericana” se dispone de alimentos necesarios, conocimientos técnicos y recursos financieros “para poner fin al hambre”, y apuntó: “nunca hemos estado tan cerca de resolver este problema”.
Benítez insistió en que “erradicar el hambre es una meta posible” y que las alianzas regionales han demostrado que “podremos ser la última generación de latinoamericanos y caribeños en convivir con el hambre”.
Recordó que la Iniciativa América Latina y el Caribe Sin Hambre, que tiene el objetivo de erradicar el hambre en los próximos 11 años, ha sido un modelo para otras regiones como Africa.
Señaló que en las dos últimas décadas, Latinoamérica ha reducido el número de personas subalimentadas en más de 20 millones al bajar de casi 70 millones en la década de 1990 a 47 millones en el 2013, lo que supone uno de los mayores avances a nivel global.
Precisó que Chile, Argentina, Uruguay, Venezuela, Cuba, Dominica, Barbados y México lograron erradicar el hambre como problema endémico.
Añadió que la situación más grave se encuentra en Haití, donde la mitad de la población sufre hambre y uno de cada dos niños tiene algún grado de desnutrición.
El segundo país con más problemas alimentarios es Guatemala, apuntó, y otras naciones centroamericanas padecen hambre, pero en menor medida.
Benítez recordó que la producción de alimentos en Latinoamérica es muy alta, pero “un 30% se pierde por diversos motivos”, entre ellos las malas técnicas para cosechar y la insuficiente capacidad para transportar y almacenar productos.
Dijo que el problema central se puede resumir en que “los grupos más vulnerables no tienen acceso a esos productos, los más pobres de nuestra sociedad no tienen la plata para comprar estos alimentos”.
El otro gran desafío de la región, dijo, es la obesidad y el sobrepeso, que requiere la misma decisión para afrontarlo que la desnutrición, ya que afecta actualmente al 23% de los adultos y a 3.8 millones de niños menores de cinco años en la región.
Benitez detalló que “un niño con hambre y anemia reduce su coeficiente intelectual en 15%, no aprende y se enferma, se convierte en un trabajador sin posibilidades de desarrollo, con baja productividad y malos empleos”.
Subrayó que la obesidad se convierte muchas veces en la otra cara de la moneda de la desnutrición.
Por su parte, Fernando Monckeberg, experto chileno en nutrición y uno de los principales artífices de los programas para erradicar el hambre en su país, dijo a Efe que la desnutrición es un problema muy serio que afecta la capacidad de los individuos “para incorporarse como elementos útiles para toda la sociedad”.
Monckeberg afirmó que Chile no tiene actualmente el problema de la desnutrición, pero señaló que “ha sido una labor ardua” debido a que hace 40 años el país era “extremadamente pobre”.
Recordó que el 50% de las muertes ocurrían antes de los 15 años de edad y la expectativa de vida era de 36 años, mientras que ahora “estamos en unos 80 años”.
Advirtió que aunque la desnutrición ya no existe, ahora tienen “el problema de la obesidad y los que fueron desnutridos, ahora son obesos”.
A su vez, Enrique González, coordinador de asesores de la ministra mexicana de Desarrollo Social, Rosario Robles, explicó a Efe que en México la definición de hambre incluye no solo a los desnutridos, sino a las personas en pobreza extrema que están abajo de la línea de bienestar mínimo, que suman siete millones.
Explicó que en el 2010 la cifra se ubicó en 7.4 millones, que bajaron a siete millones en el 2012, y que la meta del actual gobierno es sacarlos de esa situación.
Durante esta reunión de trabajo regional, todos los participantes revisarán el “Plan para la seguridad alimentaria y la nutrición, y la erradicación del hambre” de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Se prevé que los países participantes entreguen propuestas y recomendaciones para la Agenda de Desarrollo Post 2015 de la ONU en materia de seguridad alimentaria y nutricional.
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