16 de março de 2011

La tecnología y sus desafíos


Viceversa


Nora Bär

Miércoles 16 de marzo de 2011 | Publicado en edición impresa
Mientras el mundo asiste atónito a los detalles de la catástrofe que vive Japón, y en especial a la crisis nuclear que sus técnicos y científicos luchan por dominar, vuelve a cuestionarse la conveniencia de haber apostado a la energía atómica para impulsar el desarrollo industrial de un país con poco territorio y carente de combustibles fósiles.
El genio parece haber salido de la lámpara y nos sobrevuelan los fantasmas que desde el comienzo de los tiempos inspira en nosotros la tecnología, especialmente si no la entendemos y la sentimos más allá de nuestro control.
En ese sentido, el caso nuclear es el último y más paradigmático de los ejemplos. Los descubrimientos que hicieron posible "extraer" energía del submundo de los átomos se realizaron todos en el último siglo y su conocimiento es patrimonio de apenas un grupo de países, entre los que se encuentra la Argentina.
Pero no es el único ejemplo. ¿Qué sucedería si hoy colapsara una enorme represa, se contaminaran inadvertidamente las vacunas que utilizamos para evitar enfermedades muy difundidas o las cañerías de agua potable, o si se desplomara uno de esos altísimos edificios que, aquí y allá, cada día se elevan más por sobre la superficie de la tierra? ¿Qué ocurrirá si no logramos acordar una estrategia para minimizarlo y las predicciones de los científicos sobre el cambio climático se cumplen al pie de la letra?
Cualquiera de esas situaciones terminaría en una catástrofe de dimensiones que horrorizan de sólo imaginarlas al correr de los párrafos de una novela o desde la butaca de un cine.
En la Tierra viven hoy seis mil millones de seres humanos gracias a que somos capaces de desarrollar tecnologías cada vez más complejas, precisas y efectivas en todos los campos de nuestra vida, desde la salud hasta la comunicación y la agricultura. Cada una de ellas es crítica para nuestra supervivencia. Pero tiene peligros y desafíos que no podemos tomar a la ligera. Y menos, olvidar...
nbar@lanacion.com.ar

Nenhum comentário:

Postar um comentário