Rivas puntualiza que una posible solución es la extensión de la jornada escolar, para nivelar al 30% de los alumnos del país de menores recursos y que cursan el nivel primario. Y reclama que debería ser una de las principales metas en el nivel nacional.
Barcia prefiere apuntar algunos de los errores que, de modificarse, cambiarían los resultados educativos. "Se facilita -dice- que el alumno pase de año, no que se lo promueva, es decir que se verifique en él un avance. Simplemente se lo mantiene en el sistema por la matrícula y para matar la deserción. Se lo incluye durante los años de estudio, y cuando egresa, es un expósito sin posibilidades de incluirse en trabajos y estudios posteriores."
Barcia carga contra los padres, culpables en parte de la repitencia, la tolerancia excesiva y el perdón constante. "La incongruencia de los padres consiste en que exigen que no se le aplique ninguna medida a su hijo por sus incumplimientos o falta de rendimiento -con la complicidad de inspectores y autoridades superiores- y luego se rasgan las vestiduras al ver el producto que egresa y critican a la escuela. En cuanto a la formación docente, deja mucho que desear en los dos ámbitos, el público y el privado, y éste es el talón de Aquiles del paso educativo", finaliza.
La Nación
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