23 de fevereiro de 2011

Ampliar la jornada escolar, nueva política de Estado y más rigor, las posibles soluciones



¿Cómo se hace para que el panorama mejore? Llach se inclina por pensar que este problema se soluciona con una política educativa que se maneje "atendiendo a las necesidades de las escuelas, no de un supuestos sistema que cada vez se sabe menos lo que es. Y lo más importante, una política de Estado que logre que la calidad de las escuelas públicas, empezando por las de barrios más necesitados, sea comparable a la mejor".
Rivas puntualiza que una posible solución es la extensión de la jornada escolar, para nivelar al 30% de los alumnos del país de menores recursos y que cursan el nivel primario. Y reclama que debería ser una de las principales metas en el nivel nacional.
Barcia prefiere apuntar algunos de los errores que, de modificarse, cambiarían los resultados educativos. "Se facilita -dice- que el alumno pase de año, no que se lo promueva, es decir que se verifique en él un avance. Simplemente se lo mantiene en el sistema por la matrícula y para matar la deserción. Se lo incluye durante los años de estudio, y cuando egresa, es un expósito sin posibilidades de incluirse en trabajos y estudios posteriores."
Barcia carga contra los padres, culpables en parte de la repitencia, la tolerancia excesiva y el perdón constante. "La incongruencia de los padres consiste en que exigen que no se le aplique ninguna medida a su hijo por sus incumplimientos o falta de rendimiento -con la complicidad de inspectores y autoridades superiores- y luego se rasgan las vestiduras al ver el producto que egresa y critican a la escuela. En cuanto a la formación docente, deja mucho que desear en los dos ámbitos, el público y el privado, y éste es el talón de Aquiles del paso educativo", finaliza.
La Nación

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