26 de fevereiro de 2011

Preocupa el alto número de muertes violentas de jóvenes en Brasil


Un homicidio, un accidente de tránsito o un suicidio están detrás de tres de cada cuatro decesos juveniles. Así surge del Mapa de Violencia elaborado por el Instituto Sangari


Con un promedio de 52,9 homicidios por cada 100 mil jóvenes, Brasil ocupa el sexto país con más asesinatos de ese tipo en el mundo.

La cifra surge del informe Mapa de la Violencia, que se centra en jóvenes de entre 15 y 24 años de edad, y fue producido en base a los datos provistos por el Sistema de Informaciones sobre Mortalidad -SIM- de la Secretaría de Vigilancia de Salud del Ministerio de Salud.

Elaborada por el sociólogo argentino Julio Jacobo Waiselfisz, director de investigación del Instituto Sangari, y el Ministerio de Justicia de Brasil, la investigación fue presentada por el titular de esa cartera, José Eduardo Martins Cardozo, el presidente de Sangari Argentina, Jorge Werthein y la secretaria de seguridad pública del Ministerio de Justicia, Regina Mik.

Tras la presentación Martins Cardozo se comprometió a convocar a todos los sectores para tratar el problema.

Según el informe, en 2008 el país contaba con 34,6 millones de jóvenes entre 15 y 24 años, alrededor del 18,3% de la población total. Su tasa global de mortalidad cayó de 633 en 100 mil habitantes, en 1980, a 568 en 2004. En cambio, el índice de muertes juveniles se mantuvo prácticamente inalterable, pasando de 128, en 1980, a 133 cada 100 mil jóvenes en 2008.

Los estudios históricos, efectuados en San Pablo y Río de Janeiro, demuestran que progresivamente las enfermedades determinantes de fallecimientos fueron sustituídas por las denominadas "causas externas" de mortalidad, principalmente por accidentes de tránsito y homicidios.

En la población adulta, sólo el 9,9% del total de decesos son atribuídos a causas externas, mientras que entre los jóvenes éstas son responsables del 73,6% de los casos. Y si en los mayores apenas el 1,8% de las muertes son como consecuencia de homicidios, en el otro grupo éstos causan el 39,7% de las defunciones, siendo éste el promedio nacional que varía según las regiones.

Los accidentes de transporte provocan más del 19,3% de las muertes juveniles, mientras que los suicidios rondan el 3,9%. En conjunto estas tres causas son responsables por casi las dos terceras partes (62,8%) de las muertes de los jóvenes brasileros. Esto es, 3 de cada 4 jóvenes que mueren lo hacen de modo violento.

De 1998 a 2008 los homicidios en Brasil ascendieron de 41.950 a 50.113, lo que representa un incremento del 17,8%, mientras que la población en ese período creció aproximadamente un 17,2%.

Ahora bien, si la magnitud de asesinatos en el conjunto de la población es elevada, la relativa al grupo de los jóvenes adquiere el carácter de epidemia.

Entre los 20 y  24 años, las tasas son de 63 homicidios cada 100 mil jóvenes. Entre las más elevadas, encima de los 60 asesinatos, se encuentran en el grupo que va entre los 19 y los 23 años.

La tasa de crímenes entre los jóvenes pasó de 30 cada 100 mil en 1980 a 52,9 en 2008, mientras que en los adultos permaneció prácticamente constante en ese mismo período. Esto evidencia de forma clara, que los avances de la violencia homicida en Brasil en las últimas décadas tuvieron como motor exclusivo y excluyente la muerte de los jóvenes.

Otro segmento de la población que preocupa por su exposición a la violencia son los habitantes de raza negra. La brecha histórica de victimización se incentiva drásticamente, ya que en 2002 morían proporcionalmente 45,8% más negros que blancos.

Respecto al número de suicidios pasó de 6985 en 1998  a 9328 en 2008, aumentando un 33,5%. Ese aumento fue superior al de la población del país, mientras que su máxima expresión se da entre los 20 y los 27 años de edad.

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