15-02-11
Jorge Werthein es presidente de Sangari Argentina, una empresa que desarrolla metodologías educativas para que los estudiantes se acerquen al aprendizaje de las ciencias naturales. Sus programas lograron que el 91% de los chicos brasileños disfruten de las aulas; en la Argentina, la tendencia busca asemejarse
Jorge Werthein habló con Infobae.com sobre el proyecto educativo que se lleva adelante en Brasil y que ya hizo su ingreso en la Argentina, donde desde 2009 cerca de 10 mil alumnos de entre cuarto y quinto grado de más de sesenta escuelas públicas tanto de Buenos Aires como de Tucumán disfrutan de una nueva técnica para no hacer del aprendizaje de las ciencias algo aburrido.
"La propuesta es atractiva para los chicos. Hoy la escuela tiene poca atracción para los alumnos, que no están para nada motivados a concurrir a clases. Igual situación acontece con los docentes", declaró Jorge, también vicepresidente de Sangari Brasil, quien agregó que la idea es que el sector público y el privado trabajen en conjunto para continuar con los avances.
Su principal producto educativo es el Programa CTC –Ciencia y Tecnología con Creatividad–, desarrollado en Brasil por un equipo de destacados científicos y educadores, y adaptado en Argentina por un equipo local, de acuerdo a la especificidad del currículum y de la organización escolar.
El programa busca que el alumno adquiera una actitud científica ante los problemas que debe encarar diariamente en las clases. La idea es que los chicos formulen hipótesis, resuelvan situaciones y desarrollen experimentos para avanzar también por sus propios medios en el camino del conocimiento.
De esta forma, se trata de terminar con la idea del profesor como exponente único e irrefutable del saber. Los maestros frente a los estudiantes, respaldados por un pizarrón lleno de conceptos no son el ambiente propicio para el incentivo de los menores, que cada vez cuentan con más distracciones (como las nuevas tecnologías) que los alejan del disfrute en el aula. "El uso de las tecnologías es algo primordial en el siglo XXI, pero lo más importante es la posibilidad de los chicos de acceder a la información", añadió al respecto Werthein.
El propósito, entonces, es exponer a los alumnos a situaciones y conflictos que deriven en el aprendizaje. El contexto debe ser una influencia que arengue a los niños a acercarse a nuevos conceptos, alejados de las enseñanzas fosilizadas que se repitieron de generación a generación.
"El nivel de América Latina en los exámenes internacionales es bajo. La idea es abocarse a la región, que se encuentra tan desfasada. Hay que seducir a los chicos para que se acerquen al aprendizaje de las ciencias y que lo que allí aprendan se expanda a todas las áreas del conocimiento. El objetivo es fomentar sus habilidades", indicó en diálogo con Infobae.com.
La repercusión de las nuevas metodologías en Brasil y en la Argentina
El país comandado por Dilma Rousseff es en el que mayor protagonismo ha acaparado esta nueva metodología. Del total de los alumnos, incluso muchos que viven en favelas y están expuestos a circunstancias menos alentadoras, el 91% disfruta más de asistir a clases, mientras que el 90% participa de manera más activa en las distintas disciplinas.
Son casi 700 mil los estudiantes que en la actualidad aprenden nuevos conocimientos en materia de ciencia gracias a los programas educativos de Sangari y los avances explicitados resultan imposibles de no ser considerados.
La Argentina es el primer país que se encarga de adaptar los conceptos brasileños para incorporarlos en su sistema de enseñanza. A lo largo de toda la provincia de Buenos Aires y de Tucumán, maestros y alumnos de entre 8 y 11 años se dejan sorprender por este nuevo concepto en educación. Son más de 60 las escuelas públicas argentinas que ya forman parte de esta iniciativa.
Cerca de 10 mil alumnos forman parte de este proyecto de aprender ciencias de una manera distinta; y la idea de la firma a futuro es llegar cada vez a más establecimientos y a más provincias. Las estadísticas del último año indican que el 97% del alumnado confía más en su propia capacidad y aumentó su interés.
Además, los Estados Unidos se mostraron muy interesados en las metodologías, por lo que ya hay programas piloto llevados a cabo por profesores de distintas escuelas de cinco estados.
Desde el año pasado, el equipo de Sangari Estados Unidos trabaja en la adaptación de contenidos de CTC a la cultura norteamericana; es la primera iniciativa de Sangari en lengua inglesa. Para concretar tal tarea, cuenta con el apoyo de Clinton Global Initiative.
"La propuesta es atractiva para los chicos. Hoy la escuela tiene poca atracción para los alumnos, que no están para nada motivados a concurrir a clases. Igual situación acontece con los docentes", declaró Jorge, también vicepresidente de Sangari Brasil, quien agregó que la idea es que el sector público y el privado trabajen en conjunto para continuar con los avances.
Su principal producto educativo es el Programa CTC –Ciencia y Tecnología con Creatividad–, desarrollado en Brasil por un equipo de destacados científicos y educadores, y adaptado en Argentina por un equipo local, de acuerdo a la especificidad del currículum y de la organización escolar.
El programa busca que el alumno adquiera una actitud científica ante los problemas que debe encarar diariamente en las clases. La idea es que los chicos formulen hipótesis, resuelvan situaciones y desarrollen experimentos para avanzar también por sus propios medios en el camino del conocimiento.
De esta forma, se trata de terminar con la idea del profesor como exponente único e irrefutable del saber. Los maestros frente a los estudiantes, respaldados por un pizarrón lleno de conceptos no son el ambiente propicio para el incentivo de los menores, que cada vez cuentan con más distracciones (como las nuevas tecnologías) que los alejan del disfrute en el aula. "El uso de las tecnologías es algo primordial en el siglo XXI, pero lo más importante es la posibilidad de los chicos de acceder a la información", añadió al respecto Werthein.
El propósito, entonces, es exponer a los alumnos a situaciones y conflictos que deriven en el aprendizaje. El contexto debe ser una influencia que arengue a los niños a acercarse a nuevos conceptos, alejados de las enseñanzas fosilizadas que se repitieron de generación a generación.
"El nivel de América Latina en los exámenes internacionales es bajo. La idea es abocarse a la región, que se encuentra tan desfasada. Hay que seducir a los chicos para que se acerquen al aprendizaje de las ciencias y que lo que allí aprendan se expanda a todas las áreas del conocimiento. El objetivo es fomentar sus habilidades", indicó en diálogo con Infobae.com.
La repercusión de las nuevas metodologías en Brasil y en la Argentina
El país comandado por Dilma Rousseff es en el que mayor protagonismo ha acaparado esta nueva metodología. Del total de los alumnos, incluso muchos que viven en favelas y están expuestos a circunstancias menos alentadoras, el 91% disfruta más de asistir a clases, mientras que el 90% participa de manera más activa en las distintas disciplinas.
Son casi 700 mil los estudiantes que en la actualidad aprenden nuevos conocimientos en materia de ciencia gracias a los programas educativos de Sangari y los avances explicitados resultan imposibles de no ser considerados.
La Argentina es el primer país que se encarga de adaptar los conceptos brasileños para incorporarlos en su sistema de enseñanza. A lo largo de toda la provincia de Buenos Aires y de Tucumán, maestros y alumnos de entre 8 y 11 años se dejan sorprender por este nuevo concepto en educación. Son más de 60 las escuelas públicas argentinas que ya forman parte de esta iniciativa.
Cerca de 10 mil alumnos forman parte de este proyecto de aprender ciencias de una manera distinta; y la idea de la firma a futuro es llegar cada vez a más establecimientos y a más provincias. Las estadísticas del último año indican que el 97% del alumnado confía más en su propia capacidad y aumentó su interés.
Además, los Estados Unidos se mostraron muy interesados en las metodologías, por lo que ya hay programas piloto llevados a cabo por profesores de distintas escuelas de cinco estados.
Desde el año pasado, el equipo de Sangari Estados Unidos trabaja en la adaptación de contenidos de CTC a la cultura norteamericana; es la primera iniciativa de Sangari en lengua inglesa. Para concretar tal tarea, cuenta con el apoyo de Clinton Global Initiative.
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