21 de abril de 2011

Vargas Llosa: "Los libros han despertado el recelo de los enemigos de la libertad"

21-04-11 
 
El Premio Nobel de Literatura brindó una conferencia en la Feria del Libro en Argentina. Aseguró que seguirá criticando todo lo que le parezca mal "aunque algunos se ofendan". Defendió al liberalismo

"Esa es la libertad. Si queremos gozarla y tenerla, hay que merecerla", subrayó a modo de cierre de un racconto en donde se preguntó: "¿Qué pasó en la Argentina?" para pasar de ser un país "modelo para el mundo a estar inmerso en la crisis permanente", durante una charla en el marco del encuentro editorial.

"El caso argentino es un caso que tengo siempre presente, porque me conmueve y me desgarra. Era un país del primer mundo cuando tres cuartas partes de Europa eran del tercer mundo. Era un país próspero, era una democracia moderna", recordó.

El escritor peruano se preguntó, ante un auditorio colmado, "¿Por qué hay esta crispación permanente? ¿Por qué hay tanta violencia? ¿Por qué hay tantos muertos? El país desaprovechó oportunidades extraordinarias".

La caracterización que realizó sobre la historia argentina fue el final de un capítulo de su conferencia en el que había comenzado resaltando que el "liberalismo es la negación de las dictaduras", en clara respuesta a quienes interpretan lo contrario.

Vargas Llosa explicó que esa ideología "defiende las cosas que las dictaduras deshacen". "Yo combatí toda mi vida a las dictaduras y las  combatí en nombre de la libertad", afirmó.

Criticó a los gobiernos totalitarios "de izquierda y de derecha" porque hacen "las mismas cosas". "Acallan a los disidentes, no aceptan la crítica, recurren a la violencia y usan la tortura... Yo me indigno cuando veo que asocian el liberalismo a las dictaduras", reflexionó.

Y siguió: "Tenemos que acabar con eso si queremos que América Latina algún día sea un continente de derechos humanos, de justicia independiente, de libertad, de progreso... en donde la gente pueda materializar sus anhelos. Eso es lo que nos falta".


El discurso de Vargas Llosa

El escritor peruano leyó un discurso en el que comenzó agradeciendo la invitación de las autoridades de la Fundación del Libro y enalteciendo las cualidades de la Ciudad de Buenos Aires, en la cual admitió que le gustaría vivir.

"Agradezco también a los organizadores por haber resistido a las presiones de mis colegas y mis adversarios para que me desinvitaran", indicó en alusión al grupo de intelectuales que criticó lo que en una primera instancia había sido una citación para dar la conferencia inaugural. Y prosiguió: "Extiendo mi agradecimiento a la presidente Cristina Kirchner, cuya oportuna intervención atajó aquel intento de veto. Ojalá esa actitud se contagie a todos sus partidarios y guíe su propia conducta de gobernante".

Según dijo, aquél episodio, el del debate sobre su presencia en la Feria, planteó "un asunto interesante y actual", que sintetizó en un capítulo de su exposición que tituló "La Libertad y Los Libros". "Los libros nos ayudan a derrotar los prejuicios étnicos y racistas, nos muestran que por debajo de las fronteras somos iguales. Gracias a los libros viajamos a los espacios y los tiempos", precisó el escritor peruano durante su discurso.

"Leer nos hace libres, a condición de que podamos elegir lo que queremos leer y que pueda imprimirse sin comisarios que los mutilen. Defender los derechos a ser libres es defender nuestro derecho a ser ciudadanos. Hago votos para que esa tradición se renueve y fortalezca", sostuvo.

Vargas Llosa consideró que los libros "han despertado, a lo largo de la historia, el recelo de los enemigos de la libertad, quienes se creen dueños de las verdades absolutas, los dogmáticos y fanáticos". "Nazis, fascistas, comunistas, caudillos militares o civiles enceguecidos por los dueños de las verdades absolutas han tratado de domesticar el espíritu crítico que ha sido siempre el motor del cambio. Por fortuna siempre han fracasado, pero dejando en el camino miríadas de víctimas", puntualizó.

También se remontó a la prohibición que sufrió la novela en América Latina por tres siglos: "No se pudo importar ficciones a las colonias americanas por 300 años. El contrabando se encargó de que circularan igual, pero una de las consecuencias fue que la ficción lo contaminó todo: la religión y la política, entre otras".

Advirtió que el problema de ello fue que "todavía en nuestros días tenemos grandes dificultades para discernir entre lo que es la ficción y la realidad". "Es muy beneficioso en el arte y la literatura pero catastrófico en otras áreas en donde el pragmatismo hace la diferencia entre que un país pueda estancarse o irse a pique", agregó.

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