Lo afirmó el presidente de la Real Academia Española; trabajos conjuntos por la lengua
Lunes 14 de febrero de 2011 |
Adrián Sack
Para LA NACION
MADRID.- El palacio que da cuerpo a la omnipresente Real Academia Española (RAE) es tan rico, elegante y bien nutrido de sueños y vivencias como el idioma que le dio la razón de existir. Pero no por eso se propone ser su amo ni su casa, muy a pesar de las reacciones encontradas que produjo la publicación de la nueva Ortografía de la lengua española , a fines del año último, en la cual, entre muchos otros cambios, las palabras guion y truhan perdieron sus tildes, y los managers pasaron a ser mánayers.Para LA NACION
"No somos tiranos que imponen modificaciones en el idioma. Nosotros observamos y debatimos las innovaciones y transformaciones de la lengua a partir del trabajo que hacen las 22 sedes de la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale), que están repartidas en todos los países americanos y Filipinas, y luego establecemos cuáles modificaciones deben llevarse a cabo y cuáles deben recomendarse", explica a LA NACION el flamante director de la RAE, José Manuel Blecua, quien no duda en descartar cualquier insinuación de que la entidad por él conducida pretenda imponer o resguardar en América latina el español hablado en la península ibérica.
"La población de España no alcanza al 10% del total de cerca de 500 millones de hispanohablantes de todo el mundo. Nosotros somos conscientes de esa realidad, y por eso desde 1999 llevamos adelante la política panhispánica, por la que se busca tener siempre en cuenta la enorme diversidad de la lengua española", asegura el filólogo zaragozano, de 71 años.
Amable, cordial y dispuesto a hablar allende los límites acordados para la entrevista, Blecua sabe ubicarse, en todo momento, más allá del enojo que generó en más de un hispanohablante el cambio de las reglas de una ortografía aprehendida y grabada con esfuerzo sobre el cemento fresco de las edades tempranas.
"Los cambios no representan una reforma, ya que no son tantas las modificaciones. Lo que pasa es que los que escribimos tenemos una resistencia feroz a cambiar nuestros modelos (de escritura)", dice el director de la RAE, quien confía en poder zanjar las controversias a partir de la próxima implementación de un "método del siglo XIX que tuvo éxito en España" para difundir con mayor eficacia los últimos cambios ortográficos.
"La Academia va a hacer un manual muy reducido, de 150 páginas -610 menos que el frondoso volumen de la nueva Ortografía - y tamaño pequeño, donde estén la reglas fundamentales, para que puedan utilizarlos los maestros en las escuelas." La presentación de este trabajo, así como sus objetivos, será potenciada por el lanzamiento de la versión abreviada de la Gramática española, de 300 páginas, cuya realización "ya está avanzada", y que se editará en septiembre en España.
No obstante, y a pesar de la fe demostrada en ese antiguo método, Blecua destaca el importante papel que el uso de las nuevas tecnologías ha tenido en el hábito cotidiano de escribir, en especial a partir del empleo de computadoras y dispositivos móviles como los celulares y, más recientemente, las tabletas.
"La tecnología ha resucitado el gusto por la escritura. Tanto el uso de teléfonos móviles como el del correo electrónico y la computadora han permitido que las personas se escriban directamente. Y no sólo que escriban un correo electrónico, sino también que hagan informes. No concibo hoy que un ingeniero no sepa hacer un informe él mismo... y esto hace 20 años era impensable", apunta Blecua, quien señala a los procesadores de texto como las principales armas en la lucha por "la independencia y la autonomía" de toda aquella persona que desea escribir.
La percepción innovadora y optimista del director sobre los hábitos actuales de la escritura parece relucir aún más sobre la impecable opacidad de los lomos y tapas de los 250.000 libros que llenan todas las salas del edificio inaugurado en 1894, que tiene una de sus entradas en el número 1 de la calle de la Academia.
Aunque es en el majestuoso salón de plenos donde los ecos del debate que desembocaron en la nueva Ortografía aún se continúan escuchando. Allí, los 46 académicos que ocupan sillas designadas con parte de las letras del alfabeto español (en mayúsculas y minúsculas) se reúnen todos los jueves del año para intercambiar ideas acerca de la evolución del idioma español y avanzar, así, en la elaboración de los diferentes proyectos y trabajos de la RAE.
Diccionario, en 2013Pero, de todos ellos, hay uno que es el más importante, porque obedece a la razón por la que la Academia fue creada: la confección del Diccionario, cuya próxima edición se espera para 2013. Y la relevancia de ese volumen institucional es tal que es la única obra en la que las 22 academias trabajan en forma directa.
En el caso de la Ortografía y la Gramática de la l engua española -las otras dos publicaciones clave-, se nombra una comisión interacadémica, que está formada por las grandes zonas lingüísticas, como por ejemplo la del Río de la Plata, la andina y la centroamericana.
"Todos ellos mandan a un representante, que luego consulta indirectamente a todas las academias para hacer sus propuestas", dice Blecua sobre el modo en que trabaja la RAE desde hace 11 años, cuando su antecesor, Víctor de la Concha, presentó la primera ortografía de cuña panhispánica, que fue actualizada en diciembre último. Pero, más allá de los cambios que registró el idioma en la última década, la dirección emprendida por la RAE continúa fiel a su norte supremo.
"Pretendemos que todas las decisiones sean fruto de un consenso", dice el filólogo, que defiende ese concepto con la misma intensidad que lo hace con la máxima de la entidad, vigente desde 1713, en el escudo de la RAE: "Limpia, Fija y da Esplendor".
22
Academias Trabajan actualmente en forma directa en la próxima edición del diccionario de la Real Academia Española, que se espera publicar para 2013. Es la única obra en la que trabajan juntas todas las academias.
500
Millones de hispanohablantes La población española es sólo el 10 por ciento de esa cifra a nivel mundial. Por eso crecen las interconsultas con las 22 sedes de la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale) para avanzar en las reformas del idioma.
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